El campeón europeo súper ligero de boxeo, Sam Maxwell, ha quedado con un ojo morado, pero esta vez no por culpa de uno de sus rivales, sino de su propio puño mientras entrenaba en medio del confinamiento en su casa por el coronavirus.
Durante las últimas semanas, el boxeador británico de 31 años se ha mantenido ocupado en su hogar documentando su rutina de ejercicios en su cuenta de Instagram. En uno de sus últimos videos accidentalmente se golpeó la cara mientras enseñaba a sus seguidores cómo hacer un gancho.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=11&v=4wTRH4fv8LE&feature=emb_logo
Maxwell se encontraba en el patio trasero de su casa frente a un saco de entrenamiento cuando empezó a descargar una ráfaga de golpes, uno de los cuales impactó directo en su ojo derecho. Producto de su propio derechazo, cayó de rodillas en el suelo intentando contener el dolor.