Canadá ha sufrido este fin de semana el tiroteo más letal de su historia, después de que un hombre armado ha asesinado a 16 personas, incluido una policía, en varias localidades de la provincia oriental de Nueva Escocia, informó AP. El propio asesino se encuentra entre las víctimas mortales.
El atacante, que ha sido identificado como Gabriel Wortman, de 51 años, cometió los asesinatos en el transcurso de 12 horas. El primer ataque tuvo lugar la tarde del sábado en la pequeña localidad de Portapique, a unos 130 kilómetros de Halifax, la capital de la provincia.
Las autoridades encontraron varios cuerpos dentro y fuera de una casa residencial. Se cree que los primeros asesinatos no fueron fortuitos y que luego el tirador comenzó a escoger víctimas al azar.
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La Policía provincial informó que el sospechoso se desplazaba, supuestamente, en un coche parecido a un auto de la Policía Montada de Canadá (RCMP) y llevaba el uniforme correspondiente. Horas más tarde detalló que conducía «una pequeña camioneta Chevrolet», pero que fue modificada para parecerse a un coche policial. Al mismo tiempo, desde la Policía precisaron que Wortman no trabajaba en la RCMP.
En un primer momento, las autoridades reportaron que Wortman había sido arrestado en una gasolinera a las afueras de Halifax, pero luego informaron que el hombre había muerto.
Un portavoz del RCMP confirmó que las víctimas mortales son 17, incluido el tirador. El oficial asesinado fue identificado como la agente Heidi Stevenson, una madre de dos hijos que pertenecía a esa institución desde hacía 23 años. El vocero también reveló que un segundo oficial resultó herido.
Tras el suceso, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, declaró ante los periodistas que «su corazón está con todos los afectados en lo que es una situación terrible». Por su parte, el primer ministro de Nueva Escocia, Stephen McNeil, calificó el tiroteo como «uno de los actos de violencia más insensatos en la historia de nuestra provincia».
La masacre más mortífera en Canadá hasta la fecha tuvo lugar en diciembre de 1989, cuando un hombre acabó con la vida de 14 mujeres en la Escuela Politécnica de Montréal antes de suicidarse.