Berlín, Alemania. El amanecer se cierne sobre Berlín y Lothar Kopp, de 65 años, ya hace fila frente a una clínica del distrito de Reinickendorf de la capital alemana.
Con un puñado de gente, espera –respetando la distancia de seguridad de dos metros y con mascarilla– para someterse a una prueba de coronavirus no como los demás: sin estar enfermo, él quiere saber si se contagió del virus en el pasado y, por lo tanto, desarrolló inmunidad.
«Si ya tuve el coronavirus, no puedo infectar a otras personas», explicó, con la esperanza de que una prueba serológica de anticuerpos positiva le permitiría visitar a su vieja madre sin riesgo de contagio.
Mientras que el desconfinamiento comenzó en varios países, los expertos han hablado de la posibilidad de «pasaportes de inmunidad» que permitirían a quienes hayan desarrollado una protección contra el virus volver al trabajo antes que los demás.
En Alemania se están llevando a cabo amplios estudios, en los que se han realizado decenas de miles de estas pruebas. En otros lugares, el nivel de inmunidad de la población también interesa a los investigadores y a los responsables políticos.
Para saber cuántas personas ya han sido infectadas, el estado de Nueva York realizará pruebas de manera «agresiva», anunció el gobernador Andrew Cuomo la semana pasada.
En Estados Unidos incluso se ha permitido a los fabricantes vender sus pruebas sin autorización formal.
– Advertencia –
Pero hay dudas sobre la exactitud y fiabilidad de esas pruebas serológicas, por lo que aunque sean positivas no significaría el fin del peligro.
Si «algunos gobiernos sugirieron» utilizar certificados de inmunidad para el regreso anticipado de ciertas personas al trabajo, «no hay ninguna prueba por el momento de que las personas que se curaron de la COVID-19 y desarrollaron anticuerpos estén protegidas de una segunda infección», advirtió este sábado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado.
Para Matthias Orth, miembro del directorio de la Federación Alemana de Médicos Biólogos (BDL), otro gran problema es la calidad de los resultados: los «falsos negativos», por ejemplo, son posibles.
«Existen también coronavirus bastante banales y que no causan enfermedad grave y pueden falsear el resultado», explicó.
En todo caso, las pruebas de serología rápidas que prometen un resultado en 15 minutos con algunas gotas de sangre tomadas del dedo en casa son «un absurdo», afirmó Orth. En las próximas semanas, estarán lista mejores pruebas. «Todavía no estamos en ese momento», insistió.
– 70.000 pruebas –
Por otra parte, si bien estudios más extensos como los realizados en Alemania pueden permitir determinar la proporción de la población infectada, las limitaciones de las pruebas disponibles actualmente hacen imposible determinar con certeza la proporción de personas realmente inmunizadas.
Sin embargo, los estudios, como el efectuado el pasado fin de semana en Múnich en 3.000 hogares elegidos al azar, son seguidos con gran interés.
Por separado, en Gangelt, en la región de Heinsberg, donde se desarrolló el primer gran foco de COVID-19 en Alemania, los investigadores determinaron que el 14% de los habitantes habían sido infectados.
Más allá de los estudios, grupos farmacéuticos alemanes también han lanzado sus ofertas de pruebas serológicas.
Unos 70.000 de esas pruebas ya se han realizado en 54 laboratorios alemanes, según la Federación de Laboratorios Asociados (ALM).
Para la doctora Ulrike Leimer-Lipke, quien ha estado haciendo pruebas de inmunidad desde mediados de marzo en Reinickendorf, estos test «tienen sentido, porque así es como vamos a saber quién es inmune». Según ella, «es muy importante saber eso para quienes tienen padres o abuelos que aman».
Según la OMS, no obstante, «no hay elementos suficientes» para evaluar la fiabilidad de los «pasaportes de inmunidad» y «el uso de esos certificados podría aumentar el riesgo de transmisión», ya que las personas que se dan por inmunizadas ignoran las consignas sanitarias.