Lo ocurrido con el peregrino Mildomio Adames en Puerto Plata nos arroja varias lecturas.

1 Este es un país de ciudadanos que carecen mucho de educación, civismo y respeto.



2 Una ausencia total de autoridad, en un momento como este, donde se quiere frenar la pandemia del COVID-19  no es para dejar que las cosas pasen sin actuar, los policías parece que estaban ahí para beber refrescos y comer pastelitos. Pero peor aún, este hombre había salido desde La Romana, hasta llegar hasta Puerto Plata. ¿Qué estaban haciendo los organismos de castrenses del gobierno que no se dieron cuenta?

3 Tenemos una oposición que incentiva la desobediencia civil, lejos de sumarse para frenar el coronavirus, parecen apostar al caos como arma política.



4 Este es un país que abusa de la gracia de Dios y de la suerte.

5. El gobierno dominicano todo lo quiere resolver con un comunicado. En lugar de anunciar el cierre de Puerto Plata para evitar posibles nuevos infectados por COVID-19 en esta provincia, se quedan en el titular de prensa donde califican de “gravísima irresponsabilidad” lo acontecido. Sin anunciar acciones que salvaguarden el bienestar común.