El joven Andrew se vio obligado a desplazarse en su silla de ruedas después de quitarse dos uñas encarnadas: el dolor en su pie es todavía insoportable.

La vida de un joven de 15 años de Alresford (Winchester, Inglaterra) cambió drásticamente el año pasado cuando se sometió a una pequeña operación.



El adolescente, de hecho, tenía dolor en el pie debido a dos uñas encarnadas. Una pequeña molestia causada por la intensa actividad deportiva que Andrew solía hacer. La madre, Lynda, estaba segura de que si un experto le quitaba las uñas sería más seguro y que esto permitiría al hijo volver a correr sin ninguna molestia.

Indica Maria De Los Angeles en el portal Aurana.es, que aunque algo salió mal. Después de que le quitaron las uñas, Andrew desarrolló un intenso dolor en el pie, tan severo que no pudo poner ningún peso sobre estos.



Al principio se pensó que era un dolor normal postoperatorio, pero con el paso del tiempo, se hizo evidente que algo había salido mal.
El dolor del joven era tan fuerte que incluso con la ingesta de analgésicos no podía mantenerse en pie.

Un chico de 15 años fue forzado a una silla de ruedas: «Nadie sabe lo que pasó»

Su madre dijo a los periódicos británicos que durante meses ningún especialista fue capaz de entender la naturaleza de ese dolor, pero ella piensa que la causa podría haber sido la inyección de un anestésico en el pie: «Fue de médico en médico, nadie parecía entender qué hacer.

Sus pies estaban sudando y eran de varios colores y no podía poner ningún peso en ellos. Al final se le diagnosticó CPRS (Síndrome Regional Complejo y Doloroso)». La mujer explica que para llegar a este diagnóstico fueron necesarias las pruebas del pasado mes de marzo: «Después de una serie de pruebas en el Hospital de Southampton conseguimos la ayuda que necesitábamos.

El dolor de Andrew fue tomado en serio y sintió que finalmente empezaban a entender cómo se sentía. Desafortunadamente nadie sabe lo que pasó».