Rosanna Marzán, directora ejecutiva de Diversidad Dominicana, institución que promueve la dignidad, el respeto y la igualdad en derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e Intersexuales (LGBTI) en la República Dominicana y el Caribe denunció que a pesar de haberse registrado ciertos avances con respecto a los derechos de la comunidad LGBTIQ en el país, todavía el Estado tiene numerosas materias pendientes con dicha población. “Este Día del Orgullo Gay nos encuentra con graves violaciones a nuestros derechos. Y es que tanto los gais, bisexuales, transexuales, intersexuales y queers dominicanos seguimos siendo víctimas de una discriminación que se manifiesta de múltiples maneras”, afirmó Marzán.

Como ejemplos de violación de derechos humanos a la comunidad LGBTIQ, Marzán externó que mujeres y chicos trans son expulsados y expulsadas de las escuelas, sin tener una manera de cómo re insertarse. “Encontramos dentro del sistema educativo a personas, las cuales evitan que las chicos y chicos trans puedan continuar sus estudios, llevándolos a un punto de vulnerabilidad mayor. También los exponen a todo el tema de la violencia por no poder terminar sus estudios”.



En ese mismo tenor, la defensora de derechos humanos, denunció que el acceso a la salud se ve bastante limitado porque el personal no se comporta de manera amigable con las mujeres trans y los chicos gays que viven con VIH. “También, los servicios de salud, sobre todo los ginecológicos, para las mujeres lesbianas y bisexuales, se parcializan en la atención, asumiendo que todas las mujeres que asisten a las consultas son heterosexuales. Tenemos médicos que no conocen el tema de la atención a personas de la diversidad sexual. Eso limita el acceso a la salud”.

Entre esas violaciones de derechos Marzán también detalla que una de las más frecuentes se da en el sector laboral. “Para nuestra comunidad acceder a un puesto de trabajo continúa siendo mucho más difícil que para alguien que es heterosexual, sobre todo si eres una persona abiertamente gay o una persona transexual. Por igual, aquellos que ya tienen trabajo suelen vivir con miedo de que se descubra su orientación sexual y en caso de que se sepa, el bullying es constante de parte de los compañeros”.



Asimismo, Marzán alertó que “además del acoso sexual en el ámbito laboral a las mujeres lesbianas y bisexuales, situación que se da también en las familias, escuelas y universidades, así como en el entorno donde viven, la Policía Nacional continúa apresando y extorsionando, violentando y colocándoles drogas a las mujeres trans y demás miembros de la comunidad LGBTIQ, violentándoles su derecho a la libertad y fabricándoles expedientes. Por igual, está lo más peligroso: los crímenes de odio, que en su mayoría no suelen ser resueltos”.