Los niños son por naturaleza inquietos, curiosos y activos, algunos en gran medida más que otros, y sabemos que para algunas madres es el gran reto de cada día.

Hay que entender que están en esa etapa dónde todo les parece nuevo y llegar a controlar sus emociones puede ser todavía un gran bache.



Los niños inquietos tienen la peculiaridad de ser muy enérgicos, no pueden permanecer sentados y prestan atención a todo tipo de detalles. Hay que intentar no desesperarse por este tipo de actitud tan compulsiva y es por eso que muchos padres optan por creer que tiene algún tipo de trastorno y ya hay que etiquetarlos con algún tipo de síndrome.

No obstante Alicia Tomero de Madres Hoy nos da las mejores claves y consejos para poder hacerlo lo mejor posible.



Consejos para educar a niños inquietos.

Hay que intentar visualizar a tu hijo cómo que es una persona más, que necesita de tu apoyo y va a necesitar de ti constantemente. Es por ello que la base de todo está en la comunicación, el niño tiene que sentir que se presta de tus palabras y que en el fondo quieres ayudarlo.

Otro de los pilares sobre cómo educar a niños inquietos consiste en controlar el temperamento emocional de los padres. Unos padres que pierden la calma constantemente harán que se refleje en su comportamiento, por lo que, si tu está nervioso e inquieto, ellos también lo estarán.

Los límites o pequeños castigos ponlos muy claros. Cuando a un niño se le impone una corrección o un límite si no se llega a cumplir o no está del todo claro, seguramente se sienta perdido. Las normas deben ser firmes para cualquiera que imponga una regla y se ha de pedir que la cumpla.

Intenta que siempre esté relajado y en un ambiente tranquilo. Si visualizas situaciones tensas o el lugar dónde se encuentre está revolucionado puede que acabe tenso. Lo más probable que puede pasar es que se ponga nervioso y eso nos altere a nosotros también.
Visualiza todos aquellos momentos que pueden llegar a ponerlo nervioso.

Si sabes que va a estar con niños o familiares que le van a poner inquieto evita en mayor medida que no pasen mucho rato juntos. Lo mismo lo puedes encontrar con el consumo de azúcar o de bebidas con cafeína, eso aumenta sus revoluciones.

Dale su apoyo y acentúa su buen comportamiento cuando lo esté haciendo bien. Eso reforzará su conducta y le contentará. A los niños les gusta que sean apremiados por sus actos.

No le recrimines constantemente que es un niño inquieto, lo único que haces en reforzar mucho más su comportamiento. Un niño que se siente mal por lo que está haciendo hará que se ponga más nervioso.

Busca tareas o deberes que puedan relajar. Los juegos de mesa, los puzles, ver una película calmada y entretenida, leer un cuento, cocinar, tocar un instrumento…eso ayudará a que sepa encontrar momentos de calma.

Si el niño es muy intranquilo y no es capaz de terminar cualquiera de sus tareas, siempre es bueno reforzar que intente finalizar dicha actividad y así compensarlo con palabras o actos.

El deporte y las técnicas de relajación funcionan de maravilla. Ir al parque o estar apuntado a alguna actividad que le haga correr, saltar, gritar y dónde puede descargar su energía puede ayudarlo positivamente.

Hay terapias muy positivas de relajación como el mindfulness que funcionan de maravilla. También puedes encontrar algunas pautas muy positivas leyendo este artículo sobre “cómo ayudar a los niños a relajarse”. Si lo quieres practicar a través del juego también puedes leer “6 juegos para que los niños aprendan a relajarse”.