Charles «Chuck» Feeney tiene 89 años y un par de millones de dólares es sus ahorros. El objetivo de Feeney era dar casi todas sus ganancias a la caridad antes de su muerte en lugar de gastarlas o dejarlas a otras personas que la gastaran indebidamente.

Feeney dijo en 2019: «No veo razones para posponerlo cuando hay tanto por hacer ahora y causas correctas que apoyar. Además, es mucho más divertido donar cuando estás vivo que después de tu muerte.»



Feeney nació en Nueva Jersey en el año 1931. Tiene la nacionalidad irlandesa y la estadounidense, fue operador de radio durante la guerra de Corea, y al final de esta guerra empezó a vender alcohol libre de impuestos en las zonas francas y aeropuertos concurridos por el personal militar de los Estados Unidos. Después de graduarse en la Universidad de Cornell en Nueva York, volvió a las ventas libres de impuestos junto a Robert Warren Miller, un antiguo compañero de estudios. Además, vendió coches y cigarrillos.

Indica el portal Aurana que en el año 1960 Miller y Feeney fundaron Duty Free Shoppers, una compañía que en los años siguientes abrió tiendas en los aeropuertos de todo el mundo y después fuera de los aeropuertos, trayendo grandes riquezas para ambos. Sin decirle nada a Miller, Feeney decidió donar gran parte de sus ganancias, incluyendo su participación del 38 por ciento en Duty Free Shoppers a la fundación Atlantic Philanthropies, la cual había creado dos años atrás, y que, según el informe del New York Times, ganaría buen dinero en los años siguientes invirtiendo en compañías como Facebook, E-Trade y Alibaba.



En 1997 se supo que Feeney era el principal donador de Atlantic Philanthropies, durante una disputa por la venta de Duty Free Shoppers a LVMH, a la que Miller se había opuesto y Feeney estaba a favor. Cuando se supo que el dinero de Feeney había ido a esa fundación y no a su cuenta de ahorro, el New York Times describió que: «había cubierto sus huellas con tanta eficacia que las revistas de negocios pensaron durante años que era un multimillonario, cuando en realidad poseía menos de cinco millones de dólares en total».

Como explicó Forbes, de los 8.000 millones de dólares que Feeney donó a Atlantic Philanthropies, casi la mitad se enfocó a iniciativas de apoyo a la educación y otras muchas causas. Hace un par de años el New York Times lo nombró «el James Bond de la filantropía». A principios de los 90 se reunió en secreto en Belfast, Irlanda del Norte con fuerzas paramilitares para intentar que sus miembros abandonaran la guerrilla, prometiendo apoyo financiero si decidían comprometerse políticamente.

Desde el 14 de septiembre de este año, Atlantic Philanthropies ha sido oficialmente cerrada, después de donar todo el dinero con el que contaba. En su mayor momento, la fundación había alcanzado los 300 empleados y un total de 10 oficinas alrededor del mundo, y a lo largo de los años, el negocio de Feeney funcionó como inspiración para The Giving Pledge, con el que Bill Gates y Warren Buffett se comprometieron a donar por lo menos la mitad de sus activos antes de morir.

La información más reciente sobre Feeney dice que con los 2 millones de dólares que había guardado durante los últimos años, vive en San Francisco en un sitio de alquiler. Hasta sus 75 años, siempre fue entrenador de vuelo y a menudo comía hamburguesas en el Pabellón Irlandés de Tommy Makem. En el año 1997, para el New York Times, un amigo y socio suyo dijo que ni siquiera tiene un coche y que su reloj cuesta cerca de 15 dólares.

Feeney nunca ha dado detalles sobre sus motivos para no revelarse como el principal patrocinador de Atlantic Philanthropies, pero, según Christopher G. Oechsli, presidente y director general de la fundación, el hecho de que el donante estrella fuera anónimo permitió que otros donantes hicieran que sus nombres fuesen más prominentes entre los mayores benefactores.