La imagen de ese piano destartalado símbolo de la irresponsabilidad, de la desidia, de la inopia, de la ignorancia y de la inercia, es lo que ha dejado en herencia el Ministerio de Cultura del pasado gobierno, que comenzó su debacle con Pedro Vergés y terminó casi en iguales términos con Eduardo Selman.

Ese piano, hoy símbolo de la falta de cultura, es en el que José Reyes compuso el Himno Nacional de República Dominicana. En él sonaron por primera vez los compases de la más bella composición creada en esta tierra. «Quisqueyanos valientes alcemos, nuestro canto con viva emoción…»



Informa el periodista Alfonso Quiñones de Notaclacle.com.do que la fotografía de ese piano -recuérdenlo dominicanos-, no ha sido tomada de la Berlín arrasada de fines de la Segunda Guerra Mundial, no. Tampoco del Mogadiscio de los 60, la Kabul de los 80, el Bagdad del 2000,o el Alepo del 2017. Es de Santo Domingo, octubre 2020. Y es lo que han encontrado las autoridades actuales del área de museos al abrir los lugares donde se encontraban «guardadas» las colecciones del Museo de Historia y Geografía.



El conservador Ruahidy Lombert dijo en una publicación aparecida en su muro de Facebook: «Es inevitable callar esto. Estas imágenes deben quedar grabadas en la memoria de los dominicanos. Durante más de dos años estuve llamando la atención sobre el manejo que desde el Ministerio de Cultura se les estaba dando a las colecciones de los museos, durante la remodelación de la Plaza de la Cultura. Comparto con ustedes una situación que podría catalogarse como catastrófica. Siempre dije que no existía un protocolo para la gestión y manejo de ese patrimonio. Así se encontraba almacenada la colección del Museo de Historia y Geografía».

Una carta dirigida a la señora Reina Rosario, directora actual del Museo Nacional de Historia, por parte de la directiva de ICOM (Consejo Internacional de Museos de República Dominicana) plantea:

En atención a su consulta sobre el Museo Nacional de Historia al ICOM República Dominicana luego de varias visitas y la evaluación general del mismo consideramos lo siguiente:

1.- El Museo Nacional de Historia debe ser declarado en estado de emergencia con pérdidas irreversibles al patrimonio histórico nacional, producto de un manejo inadecuado de los procesos de traslado y almacenaje de la colección al momento de la reciente remodelación de la planta física.

2.- Es necesario iniciar el proceso de recuperación acorde a los parámetros y procedimientos establecidos en casos de desastre catastrófico en museos, y de esta manera preservar el patrimonio histórico nacional que sobrevivió.

3.- Exhortamos a cumplir con el Reglamento de la Red Nacional de Museos en particular el artículo 164: Los funcionarios de un museo, tienen la obligación ética de mantener todos los aspectos del museo, sus colecciones y sus servicios. Especialmente es su responsabilidad garantizar que todas las colecciones bajo su cuidado estén adecuadamente albergadas, conservadas y documentadas.

De esta misma forma invitamos a cumplir con el Código de Ética del ICOM para los Museos y de esta manera evitar que vuelva a repetirse un daño de esta magnitud al patrimonio cultural de la Nación.

Lamentamos profundamente esta tragedia. El ICOM República Dominicana reitera su disposición de auxiliar al Museo Nacional de Historia así como tramitar la colaboración de otros organismos dentro del ICOM especializados en desastres, en seguridad y en conservación de museos.

Santo Domingo 15 de octubre 2020?

La decisión de remodelar los museos, a lo loco, trajo las pérdidas de numerosas piezas que nunca podrán repararse y que por otra parte son costosas. Si desde el primer momento el embalaje y cuidado de estas colecciones se hubiese hecho de manera profesional, sabiendo que lo que se tenía entre manos era parte de la historia de este país, otro gallo cantaría.

Es un daño de lesa cultura el cometido, un daño del mismo significado -aunque no de la misma magnitud- del hecho por los talibanes con los Budas gigantes destruidos en Afganistan hace casi 20 años. Ese tipo de crímenes deberían ser dilucidados con nombres y apellidos y al menos multados.

Cuando uno ve las imágenes, lo primero que viene a la mente es que se trata de un cuarto donde vive un demente, una persona que se dedica a recoger objetos por ahí y los acumula sin ton ni son, sin orden y con toda la suciedad del mundo. Pero lamentablemente se trata de personas a las que el estado -nosotros los que pagamos impuesto- les pagamos un salario para cuidar el patrimonio común y no hicieron lo debido.

Va a costar mucho dinero -otra vez de los contribuyentes- para rescatar lo que se pueda de esa colección que puede darse por perdida. Tenemos un Museo de Historia casi sin objetos históricos. Dejamos a las nuevas generaciones, la oralidad de una historia maravillosa y algunos libros. Pero esa oralidad que hay que comenzar a trasladar a los códigos de las nuevas generaciones es la narrativa que contaban muchos de estos objetos hoy perdidos por la irresponsabilidad de unos cuantos.

Las vitrinas que se habían contratado con la fábrica italiana Goppion, con sede en Milán, se habían fijado en un monto de US$3 443 849, que equivale en moneda nacional a RD$ 268 206 963.65, incluidos los impuestos.

La misma conservación de las piezas para ser exhibidas costarían más de lo que ha costado toda la remodelación, según ha comentado una conservadora colombiana en relación con lo publicado por Ruahidy Lambert en su Facebook.

Así que si estuvieran aquí las vitrinas, podríamos exhibir el aire de ahora mismo, porque las piezas, se las comieron la incompetencia y la negligencia.

Fuente Notaclave.com