Las esperanzas mundiales de superar la pandemia de covid-19 aumentaron el lunes luego de que una nueva vacuna experimental mostrara una efectividad de casi 95%, en medio de una creciente ola de contagios y restricciones para frenar la propagación del virus.

La empresa de biotecnología estadounidense Moderna anunció que su vacuna bajo investigación es eficaz en un 94,5% para evitar contraer el coronavirus, haciendo subir las bolsas mundiales ya impulsadas por resultados preliminares prometedores la semana pasada.



El gigante farmacéutico Pfizer y su socio alemán BioNTech dijeron el 9 de noviembre que su vacuna es eficaz en 90% según ensayos clínicos. Dos días después, el centro de investigación estatal ruso Gamaleya y el fondo soberano de inversión de Rusia reportaron un 92% de eficacia para su vacuna Sputnik V.

Moderna, cuyos resultados surgen de un ensayo clínico de fase 3 de más de 30.000 participantes -aún no evaluado por científicos independientes-, dijo que espera tener unas 20 millones de dosis listas antes de fin de año.



La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró estas noticias «alentadoras», pero advirtió que faltan meses para una disponibilidad generalizada y expresó su preocupación por el incremento de los casos en muchos países.

«Una vacuna por sí sola no acabará con la pandemia», subrayó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Los países que están dejando que el virus se propague sin control están jugando con fuego», apuntó.

Las infecciones se han disparado en el mundo, superando ya los 54 millones con más de 1,3 millones de muertes desde que el virus surgió en China a finales de 2019.

– Nuevas restricciones en EEUU –

Los contagios en Estados Unidos, la nación más afectada del mundo, no ceden. Con un millón de casos nuevos en menos de una semana el país registra más de 11 millones de infecciones, con más de 246.000 muertes.

A falta de una estrategia nacional, varios estados tomaron medidas para evitar un crecimiento exponencial de casos cuando además se acerca la fiesta de Acción de Gracias, que según expertos podría potenciar los contagios.

Desde este lunes rige una orden de confinamiento en Nuevo México y también en Chicago, la tercera ciudad del país. Nueva York, epicentro del brote en la primavera boreal, limitó el funcionamiento de bares y restaurantes y evalúa cancelar las clases presenciales.

El presidente Donald Trump, acusado de complicar los esfuerzos de mitigación al negarse a conceder la victoria electoral de Joe Biden y cooperar con el equipo de transición, buscó atribuirse los méritos de los logros científicos.

«Por favor, recuerden que estos grandes descubrimientos, que pondrán fin a la plaga de China, ¡se llevaron a cabo bajo mi supervisión!», tuiteó el mandatario.

Biden, que asumirá el 20 de enero, dijo que esta es «una razón más para sentirse esperanzados», pero insistió en que faltan «meses» para tener vacunas disponibles y pidió respetar el «distanciamiento social y usar máscara».

– Gobierno, fútbol y FMI –

La vertiginosa propagación del virus está llevando a muchos gobiernos a reimponer impopulares limitaciones a la vida social, los desplazamientos y los negocios.

En Reino Unido, el país más castigado de Europa por la pandemia y que tiene a Inglaterra y Gales confinadas por segunda vez, el primer ministro británico Boris Johnson está en cuarentena.

Johnson, que en abril estuvo grave por el covid-19, se aisló por precaución luego de que un parlamentario con el que había estado dio positivo.

Suecia, que ha llamado la atención por su enfoque más laxo para combatir el virus, anunció que restringirá las reuniones públicas a un máximo de ocho personas, una medida que toma por primera vez ante el alza de los contagios.

En Alemania, donde la segunda ola de la pandemia también tiene un alto impacto, la canciller Angela Merkel apostaba por reforzar las medidas, incluido el uso obligatorio de mascarilla, la limitación de los contactos sociales, y la reducción del tamaño de las clases.

América Latina y el Caribe, con algo más de 12 millones de contagios y más de 424.000 fallecidos, es la región con más muertes del mundo, según un recuento de AFP.

En Argentina, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y otros funcionarios fueron aislados de forma preventiva tras informarse que un miembro de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el país dio positivo al test de covid-19.

La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) informó por su parte que el atacante Luis Suárez y el jugador Rodrigo Muñoz están contagiados, tras conocerse los resultados de los hisopados realizados a todo el plantel celeste previo a su partido del martes con Brasil por la eliminatoria mundialista.

También apareció un brote en la ciudad australiana de Adelaida, que había pasado siete meses sin casos significativos después de que el país lograra aplanar una segunda ola en Melbourne.

En Hong Kong, el gobierno decidió limitar el número de personas en bares y restaurantes para evitar un rebrote de casos.

Aún en medio de este repunte de global, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, dijo estar «muy, muy confiado» en que los espectadores podrán asistir en julio próximo a los Juegos Olímpicos de Tokio, ya pospuestos por la pandemia.