El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el martes un decreto «para garantizar que los ciudadanos estadounidenses tengan la prioridad para recibir vacunas estadounidenses».
El texto, que Trump firmó frente a las cámaras durante una «cumbre de vacunas» en la Casa Blanca, no se hizo público de inmediato.
No está claro cómo se aplicaría dado que los fabricantes de vacunas ya han firmado acuerdos con otros países.
Pero la medida sugiere que Estados Unidos está preocupado por una posible escasez de inmunizaciones, cuando prevé inocular a decenas de millones de personas en los próximos meses.
Hay más de 330 millones de estadounidenses y el gobierno dice que puede cumplir su objetivo de proporcionar una vacuna para todos para abril.
Pfizer/BioNTech, cuya vacuna podría ser autorizada por la agencia de medicamentos FDA en los próximos días, sólo tiene un contrato con Estados Unidos por 100 millones de dosis.
Moderna, cuya vacuna podría aprobarse a finales de la próxima semana, también se ha comprometido a entregar 100 millones de dosis en Estados Unidos.
Cada contrato incluye opciones para dosis adicionales, pero el tiempo para activar estas cláusulas podría retrasar la entrega varios meses.
Ambos fabricantes tienen plantas en Estados Unidos y Europa, y existen leyes que, en teoría, permitirían al gobierno estadounidense ser primeros en la producción que se genera, como la Ley de Producción de Defensa.
«De ser necesario, invocaremos la Ley de Producción de Defensa. No creemos que sea necesario», dijo Trump.
Otras dos vacunas muy avanzadas en ensayos clínicos podrían autorizarse a principios de año y garantizar el suministro estadounidense: la de dos dosis de AstraZeneca/Oxford (de la que Washington ha pedido 500 millones de dosis), y la de una sola dosis del estadounidense Johnson & Johnson, del que Estados Unidos espera 100 millones de dosis.