Estados Unidos, el país más afectado del mundo por la pandemia, autorizó la vacuna de Moderna, la segunda aprobada contra el covid-19, en momentos en que numerosos gobiernos toman medidas drásticas para las fiestas de Navidad y Año Nuevo a fin de prevenir un aumento de contagios y muertes.

Este sábado, la capital de México y sectores de Sidney -la ciudad más poblada de Australia- empezaron a aplicar restricciones, e Italia anunció el viernes nuevas medidas durante esta época de fiestas, incluyendo el cierre de bares y restaurantes y muchas tiendas, y la prohibición de viajes entre regiones. Solo se permitirá una salida al aire libre diaria por hogar.



Estados Unidos, donde se registran más de 2.500 muertes al día por covid-19, es la primera nación en autorizar el régimen de dos dosis de Moderna, convertida ahora en la segunda vacuna que se implementa en un país occidental después de la desarrollada por Pfizer y BioNTech. 

Millones de dosis comenzarán a enviarse a partir de este fin de semana desde lugares de almacenamiento en frío ubicados en las afueras de las ciudades de Memphis y Louisville.



Los países cifran sus esperanzas en las vacunas para detener una pandemia que ha matado al menos a 1,66 millones de personas e infectado a más de 74 millones en todo el mundo.

 

– Vacunaciones públicas –

 

En Estados Unidos, altos funcionarios fueron vacunados el viernes, incluido el vicepresidente Mike Pence, cuya inoculación pública intenta persuadir a los escépticos de las vacunas a sumarse.

El presidente electo Joe Biden, quien asumirá el cargo el 20 de enero, anunció que se vacunará, también en público, el lunes.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escéptico durante mucho tiempo sobre la gravedad de la pandemia y quien actualmente puede ser inmune al virus tras haberlo contraído, también ha señalado que estaría dispuesto a recibir la vacuna.

Trump estuvo ausente en la vacunación pública de Pence, pero se ha reiteradamente atribuido el mérito de los avances registrados en tiempo récord en materia de vacunas a pesar de las más de 310.000 muertes que hasta ahora ha lamentado su país.

Otros líderes mundiales, desde el presidente ruso Vladimir Putin hasta el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu, también se han comprometido a recibir inyecciones públicas para aumentar la confianza en las vacunas.

En Europa, la inquietud aumentó después de que el primer ministro eslovaco Igor Matovic dio positivo por covid-19 una semana después de asistir a una cumbre de la Unión Europea en Bruselas.

Se cree que fue allí que el presidente francés Emmanuel Macron contrajo el virus. Su diagnóstico positivo ha llevado a una serie de líderes europeos y funcionarios franceses a autoconfinarse.

Macron reconoció el viernes que su infección lo había hecho «bajar el ritmo», pero insistió en que todavía participaba activamente en los asuntos del gobierno, incluidas las conversaciones comerciales sobre el Brexit.

La Unión Europea, que enfrenta una fuerte presión para aprobar las vacunas, tiene la intención de comenzar sus inoculaciones con el producto de Pfizer-BioNTech antes de fin de año, y algunos países anunciaron que el 27 de diciembre iniciarán sus campañas de vacunación.

En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro, que sistemáticamente ha minimizado el coronavirus, se burló de los posibles efectos secundarios de la vacuna de Pfizer. «En el documento de Pfizer está muy claro: ‘no somos responsables de ningún efecto secundario’. Si te conviertes en cocodrilo, es tu problema», dijo.

 

– Una luz más brillante –

 

Las naciones más pobres también recibieron un impulso el viernes cuando la Organización Mundial de la Salud y sus socios dijeron que las vacunas se distribuirían a principios del próximo año a los 190 países en el marco de su iniciativa Covax, un esfuerzo conjunto para garantizar una distribución equitativa.

«La luz al final del túnel se ha vuelto un poco más brillante», dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Unos 2.000 millones de dosis se obtuvieron de los desarrolladores AstraZeneca, Johnson & Johnson, Novovax y Sanofi/GSK, aunque ninguno de esos laboratorios ha recibido autorización para el uso de sus productos.

Mientras tanto, el virus no para. India superó los 10 millones de casos el sábado, lo que lo convierte en el segundo país con más infectados en el mundo, por detrás de Estados Unidos, aunque la propagación se ha frenado en las últimas semanas.

En México, la alcaldesa de la capital anunció que su ciudad y el estado vecino suspenderán casi todas las actividades a partir de este fin de semana, permitiendo actividades solo en sectores esenciales como la alimentación, la energía, el transporte, la manufactura y los servicios financieros.

Panamá tendrá una cuarentena total para Navidad y Año Nuevo y limitó el acceso a supermercados. Austria tendrá un nuevo confinamiento de un mes a partir del 26 de diciembre.

Y Suecia dio un giro de 180 grados al recomendar el uso de máscaras faciales en el transporte público en las horas punta, luego de haber resistido durante meses a una medida de este tipo.

En Sudáfrica, la ministra de Salud, Zwelini Mkhize, señaló la detección de una variante grave del coronavirus que podría explicar la rápida propagación de una segunda ola de casos.