La moneda china alcanzó el martes su nivel más alto frente al dólar en más de dos años, impulsado por las perspectivas de crecimiento en China, mientras la economía mundial sigue profundamente afectada por la epidemia.

El yuan no es totalmente convertible y el banco central del país establece una fluctuación máxima del 2% en un sentido o en otro.



El martes por la mañana, hora de Pekín, la moneda se cotizó en 6,4381 yuanes por dólar, un 0,34% más que el día anterior.

Se trata de su nivel más alto desde junio de 2018, justo antes del comienzo de las medidas comerciales punitivas de Estados Unidos contra China.



La administración Trump, que había acusado a China de infravalorar su moneda para obtener ventajas comerciales, retiró finalmente al país de su lista negra de estados manipuladores hace apenas un año, justo antes de la firma de una tregua comercial bilateral.

«La apreciación del yuan refleja la resistencia de la economía china a la pandemia, pero también a la guerra comercial con Estados Unidos», dijo a la AFP el analista Rajiv Biswas de IHS Markit.

La subida de la moneda china también se debe a la depreciación general del dólar frente a otras monedas como el euro y el yen, según Biswas.

China fue el primer país afectado por el nuevo coronavirus a finales de 2019 y es también el primer país que ha reanudado su actividad gracias a los estrictos controles de movimientos, el uso generalizado de la mascarilla, las medidas de confinamiento y el rastreo con teléfonos móviles.

Como resultado, el gigante asiático «seguirá siendo fundamentalmente este año la locomotora de la recuperación mundial», mientras las principales economías importantes, entre ellas la de Estados Unidos, siguen penalizadas por el virus, según el analista Ken Cheung del Mizuho Bank.

China, que logró controlar en gran medida la epidemia en su territorio, debería ser uno de los pocos países que anuncie, a mediados de enero, un crecimiento positivo en 2020. Y el mercado está «convencido» de que seguirá siendo «excepcional» a principios de 2021, según Cheung.

 

 

– «Con buenos ojos» –

 

La administración Trump, que responsabiliza a China del enorme déficit comercial de Estados Unidos, puso en marcha un 2018 una guerra de aranceles con Pekín.

El enfrentamiento llevó a imponerse mutuamente aranceles en muchos tipos de bienes y desestabilizó la economía mundial.

Como resultado de estas tensiones, el comercio entre las dos potencias se ha reducido y la apreciación del yuan frente al dólar ilustra este fenómeno, según Stephen Innes, analista de Axi.

Sin embargo, el superávit comercial de China con Estados Unidos batió todos los récords en noviembre (+52% interanual), con una fuerte demanda de equipo médico fabricado en China, en particular mascarillas.

Las exportaciones son uno de los pilares de la economía china, pero un yuan más fuerte tiene el efecto de aumentar los precios en dólares de los productos chinos, mientras que los productos estadounidenses se están volviendo más competitivos en el mercado chino.

Al mismo tiempo los sectores productivos chinos de bajo valor añadido de China, como el de la ropa, se enfrentan a una competencia cada vez más feroz de países como Vietnam y Camboya, señala Biswas.

Por eso, en un contexto internacional «cada vez más hostil» y en un clima económico incierto, Pekín debe ahora reenfocar su economía hacia la demanda interna y ve «con buenos ojos» un yuan fuerte, apunta Innes.