Cuenta Tom Newton Dunn, periodista que cubre la Casa Blanca, que en 2019 fue a entrevistar a Donald Trump junto con un colega. En la Oficina oval, el despacho presidencial, algo le llamó la atención. Era un botón rojo al lado de su teléfono.
Al hablar de un botón rojo que utilice el presidente de Estados Unidos se puede pensar desde una conexión directa a otro mandatario (¿alguien recuerda el Teléfono rojo?) hasta la posibilidad de hacer una llamada de alerta.
Una urgencia, sin lugar a dudas, tenía que significar ese botón rojo.
Newton preguntó por él.
Trump sonrió, lo miró y presionó el botón. Los periodistas esperaron a ver qué sucedía.
Alguien abrió la puerta.
Era un asistente que traía, en bandeja de plata, una fría gaseosa de dieta.
Ese botón se ha ido, junto con Donald Trump.
Al asumir Joe Biden el mandato, lo retiraron, según apunta Tom Newton Dunn fundamentado en imágenes. Sin duda debe tener una alimentación más sana que la de su predecesor.
President Biden has removed the Diet Coke button. When @ShippersUnbound and I interviewed Donald Trump in 2019, we became fascinated by what the little red button did. Eventually Trump pressed it, and a butler swiftly brought in a Diet Coke on a silver platter. It's gone now. pic.twitter.com/rFzhPaHYjk
— Tom Newton Dunn (@tnewtondunn) January 21, 2021
La alimentación de Donald Trump
Trump era famoso, entre tantas cosas, por su alimentación. Es fanático de la comida rápida, y le encanta comer de McDonald’s.
Así lo dijo en su momento su hija Tiffany a TMZ. “Eso es lo que hace, él ama McDonald’s”, señaló.
De hecho, cuando ganó la nominación presidencial republicana, Trump compartió una foto suya comiendo una hamburguesa con papas fritas.
Biden, en las antípodas de su predecesor, prefiere una buena pasta. Sin embargo, es fanático de los helados, como se ha visto en varias imágenes.
“Efectivamente, el helado es importante para él, sí”, dijo su actual vicepresidenta, Kamala Harris, en un video promocional. “Y también puede dejarse llevar con la pasta con salsa de tomate”.
Entre gustos y colores -sabores, en este caso- no hay nada escrito. Y en el poder, mucho menos.
Lo mejor para el mundo era un "un botón rojo" para una simple soda,
ahora bien, ¿va a reponer el "botón rojo" de las armas nucleares esta sanguijuela?