Su nombre es frit band y, antes de explicar su finalidad, lo más importante es responder al primer misterio: están formados por una capa de pintura cerámica, lo que explica que no seas capaz de quitarlos. Por lo que, por mucho que lo intentes, jamás podrás conseguirlo.

Dicho esto, el segundo enigma tiene que ver con su objetivo. Estas señales sirven para proteger de los rayos ultravioleta al sellador del cristal. Hay que tener en cuenta que también ayudan a mantener el parabrisas en su sitio.



El calor del sol puede afectar a esta película adhesiva hasta el punto de que este elemento podría salir volando en el próximo bache. Además, impide que el agua y otras sustancias se introduzcan en nuestro carro.

Por supuesto, juega un papel estético secundario. Aunque el hecho de que se trate de puntitos y no de otras formas geométricas tiene su razón de ser: para que las lunas de un vehículo adopten su forma correcta tienen que someterse a altas temperaturas en un horno. Dentro, la pintura cerámica se calienta más rápidamente que el cristal normal, lo que permitiría deformar el parabrisas y provocar un efecto lente. Por lo tanto, lo que permite este conjunto de puntitos es distribuir mejor la temperatura y minimizar la distorsión durante el horneado.



Es cierto que en los retrovisores también se suelen encontrar, pero su cometido es distinto. En ellos, sirven para tamizar la luz solar.