WashingtonEstados Unidos. Corea del Norte lanzó varios misiles pocos días después de una visita a la región de los máximos responsables diplomáticos y de defensa de Estados Unidos, en el primer desafío abierto de Pyongyang a la administración de Joe Biden, minimizado sin embargo por Washington.

«Estamos al tanto de dos misiles» lanzados el domingo, dijo un funcionario del gobierno de Biden a la AFP bajo condición de anonimato. 



Otros funcionarios de la administración insistieron en que se trataba de un sistema de «corto alcance» clasificado «en la categoría de actividades militares normales del norte». 

Estos lanzamientos «no están sancionados por las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el programa de misiles balísticos de Pyongyang», dijo uno de ellos a periodistas.



«Corea del Norte tiene un menú bien conocido de provocaciones cuando se trata de enviar un mensaje a los gobiernos de Estados Unidos: misiles balísticos de varios alcances, plataformas de lanzamiento móviles y submarinas, pruebas nucleares y termonucleares. Los expertos han señalado correctamente que lo ocurrido este fin de semana estuvo en la parte inferior de este espectro», agregó.

A diferencia de otras pruebas balísticas de Pyongyang, ni Corea del Sur ni Corea del Norte hablaron de esos lanzamientos y los funcionarios estadounidenses también guardaron silencio hasta este martes.

Los observadores esperaban una advertencia militar norcoreana desde la asunción del nuevo presidente de Estados Unidos en enero.

Varios expertos aseguraron en Twitter que los proyectiles lanzados eran probablemente misiles de crucero, una respuesta bastante moderada a las maniobras militares conjuntas que acaban de realizar Washington y Seúl.

 

– Apertura al diálogo –

 

La administración Biden dijo que vio inmediatamente el lanzamiento el domingo, pero que no quiso «dar demasiada publicidad» a lo que no considera una provocación importante.

El nuevo presidente de Estados Unidos está en proceso de desarrollar su estrategia hacia Corea del Norte, luego del intento de diplomacia directa de su predecesor Donald Trump con el líder norcoreano Kim Jong Un, que no permitió avances en la desnuclearización del país asiático.

Este proceso está llegando a su fin, dijo el martes un funcionario estadounidense.

Desde febrero, la nueva administración estadounidense ha intentado sin éxito establecer contactos con los dirigentes norcoreanos.

La semana pasada, Corea del Norte advirtió que no cambiaría su postura hacia Estados Unidos hasta que renunciara a su «política hostil» hacia ella, mientras los secretarios de Asuntos Exteriores y de Defensa estadounidenses, Antony Blinken y Lloyd Austin, se encontraban en Seúl para, entre otras cosas, reforzar los lazos de Washington con Corea del Sur frente a Pyongyang.

Kim Yo Jong, la influyente hermana de Kim Jong Un, también dirigió una advertencia a la nueva administración estadounidense que intenta, según ella, «difundir el olor a pólvora» en Corea del Norte desde el otro lado del océano.

«Si quieren dormir bien en los próximos cuatro años, sería mejor que no hagan nada que les haga perder el sueño», dijo entonces.

A pesar de estas escaramuzas verbales y ahora militares, Estados Unidos asegura que todavía está abierto al diálogo con los líderes norcoreanos.

Pero también advierte que no tiene la intención de renunciar a maniobras militares conjuntas con los surcoreanos, como había hecho Trump.

La próxima semana, el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, recibirá a sus homólogos de Corea del Sur y Japón en la Casa Blanca.

Y el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, será el primer líder extranjero en ser recibido en persona en Estados Unidos por el nuevo presidente en abril.

La nueva estrategia de Washington podría darse a conocer poco después.