Berlín, 24 mar (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, revocó hoy la decisión de limitar fuertemente la actividad económica y los contactos durante la Semana Santa para frenar la tercera ola de contagios de coronavirus y pidió disculpas a la población.

La mandataria dijo ante la prensa que todo el proceso de decisión había provocado una incertidumbre adicional. «Lo lamento profundamente, y por ello pido perdón a todas las ciudadanas y los ciudadanos».



El Partido Liberal (FDP), el Partido de la Izquierda y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) sugirieron que Merkel debería convocar una moción de confianza en el Parlamento para ver si todavía tiene mayoría para sus políticas.

Merkel asumió la entera responsabilidad de las idas y venidas. «Este error es únicamente culpa mía», subrayó la mandataria, «porque al final, yo soy la máxima responsable de todo». Un error debe ser nombrado como tal, sobre todo corregido «y si es posible esto tiene que hacerse a tiempo», continuó Merkel.



El martes por la noche, Merkel y los jefes regionales acordaron entre otras medidas imponer un cierre más estricto en Semana Santa, del 1 al 5 de abril, con el fin de reducir la vida pública, privada y económica.

El Jueves Santo y el Sábado Santo (ambos días laborables en Alemania) debían ser declarados días de descanso para este fin. Sin embargo, la medida fue objeto de críticas masivas y generó gran confusión debido a que no estaba claro si eran días feriados o no y cómo llevarlo a la práctica.

La idea había sido «redactada con la mejor de las intenciones», afirmó Merkel en una breve comparecencia en la sede de la cancillería.

«Sin embargo, la idea del llamado ‘descanso’ de Pascua fue un error. Tenía sus buenas razones, pero no se podía aplicar lo suficientemente bien en el poco tiempo disponible, si es que alguna vez se puede aplicar de forma que el esfuerzo y el beneficio estén en una proporción medianamente razonable», explicó Merkel.

La canciller informó primero a los jefes regionales de su decisión en una videoconferencia. También notificó a los líderes de los grupos parlamentarios del Bundestag. A continuación, Merkel compareció en el Parlamento, donde repitió la declaración y pidió disculpas a los diputados.

El primer ministro de Baviera, el socialcristiano Markus Söder, asumió también responsabilidad: «Todos los primeros ministros lo decidieron. Yo estaba allí como todos los demás. Y por eso creo que también es necesario que todo el mundo luego se disculpe por ello y se arrepienta».

Políticos de la oposición también expresaron su respeto por la canciller por haber anulado la normativa de Semana Santa. «Esto también es un servicio a la democracia», dijo la líder de la bancada del Partido Verde, Katrin Göring-Eckardt.

Al mismo tiempo, desde las filas de la oposición se presionó para que Merkel presentara una moción de confianza en el Bundestag.

«La canciller ya no puede estar segura del apoyo de su coalición. El voto de confianza en el Bundestag alemán sería aconsejable para poner a prueba la capacidad de actuación del Gobierno de la señora Merkel», escribió en Twitter el presidente del FDP, Christian Lindner.

El jefe del grupo parlamentario de La Izquierda, Dietmar Bartsch, formuló una demanda similar: «Ahora tenemos una verdadera crisis de confianza en la dirección política del país», dijo a los periódicos del grupo de medios Funke.

Aun así, las demás decisiones tomadas a principios de semana se mantienen como la extensión general de las actuales restricciones hasta el 18 de abril.

Merkel instó en el Parlamento a aplicar el llamado «freno de emergencia», es decir, dejar sin efecto la relajación de las medidas a partir de una incidencia acumulada de siete días de 100 casos por cada 100.000 habitantes.

También señaló la posibilidad de imponer restricciones de salida en caso de altas tasas de infección. Merkel dijo que esto es común en muchos países de Europa. «No hay que copiarlo, pero hay que hacer algo», subrayó la canciller.

Los políticos alemanes están especialmente preocupados por el riesgo de que se introduzcan variantes del virus altamente contagiosas por parte de las personas que regresan de sus vacaciones en el extranjero.

Por ello, el Gobierno está estudiando si se puede impedir temporalmente este tipo de viajes. «Esto está siendo revisado por los departamentos pertinentes», dijo la viceportavoz del gobierno Ulrike Demmer en Berlín.

Las declaraciones se producen en medio de una disparada de las reservas de vuelos a Mallorca debido a que la isla española dejó de ser catalogada como zona de riesgo de coronavirus el 14 de marzo.

La gestión de la pandemia está pasando factura al partido de Merkel en las preferencias de cara a las elecciones generales del 26 de septiembre.

Según un sondeo del Instituto Allensbach por encargo del diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung», la CDU cayó en la intención de voto del 37 por ciento a principios de febrero al 28,5 por ciento actual.

En el nuevo barómetro de tendencias de las televisoras RTL/ntv, los conservadores siguen cayendo en picado. En el sondeo por el instituto Forsa, la CDU obtuvo un 26 por ciento, tres puntos porcentuales menos que la semana anterior.