La comunidad internacional manifestó este sábado su viva preocupación por los bombardeos israelíes en Gaza que destruyeron oficinas de medios internacionales y mataron a ocho menores, así como por los disparos mortales de cohetes desde el enclave palestino contra varias grandes ciudades de Israel.

Desde el inicio, el lunes, de este nuevo ciclo de violencia entre el Estado hebreo y grupos palestinos de la Franja de Gaza, han muerto 115 personas, en su mayoría palestinas.



En Gaza, el edificio de 13 pisos que albergaba las oficinas de la cadena de información catarí Al Jazeera y de la agencia de prensa estadounidense Associated Press (AP) fue pulverizado por varios misiles, según periodistas de la AFP. El ejército israelí había pedido previamente la evacuación del inmueble.



En un comunicado, las fuerzas armadas israelíes confirmaron que sus cazabombarderos «atacaron un edificio que albergaba objetivos militares, pertenecientes a la inteligencia militar de la organización terrorista Hamás», que utiliza como «escudos humanos» a civiles en este enclave de dos millones de habitantes, a los que gobierna.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró en la televisión que cuenta con el apoyo «inequívoco» del presidente estadounidense, Joe Biden, quien le habría reiterado en una conversación telefónica el derecho de Israel «a defenderse» de los ataques de Hamás al tiempo que manifestó su preocupación por la «seguridad de los periodistas».

Más tarde, otro edificio de una decena de plantas, la torre Al Andalus, resultó muy dañada por nuevos bombardeos, constataron periodistas de la AFP. Hacia medianoche, Hamás volvió a lanzar una nueva andanada de misiles contra ciudades israelíes como Tel Aviv.

– AP «conmocionada y horrorizada» –

La dirección de la agencia AP dijo estar «conmocionada y horrorizada» por el bombardeo israelí. «Hemos evitado por poco terribles pérdidas humanas», asegura en un comunicado el jefe de AP, Gary Pruitt.

El jefe de la oficina de cadena catarí Al Jazeera en Israel y los Territorios Palestinos Walid al Omari aseguró que Israel ha «decidido no solo causar destrucción y muertos, sino hacer callar a los que lo muestran», declaró a la AFP.

La Agence France Presse (AFP) expresó su «solidaridad» con los «colegas de Associated Press y de Al Jazeera». «El derecho a la información debe ser respetado escrupulosamente por todas las partes del conflicto», declaró el presidente de la agencia, Fabrice Fries.

«Estamos profundamente consternados por el hecho de que se ataque así a oficinas de medios de comunicación», indicó el director de información de la agencia, Phil Chetwynd.

En 2012, el edificio que albergaba la oficina de la AFP en Gaza fue alcanzado por misiles israelíes, aunque los periodistas allí presentes -tres pisos por debajo del impacto- resultaron ilesos.

Por primera vez desde que llegó a la Casa Blanca en enero, el presidente estadounidense también habló con su homólogo palestino, Mahmud Abas, radicado en Cisjordania ocupada, quien le pidió que intervenga para que cesen «los ataques israelíes» mientras se intensifican los contactos diplomáticos para tratar de poner fin a la violencia.

El encargado del Departamento de Estado estadounidense para los asuntos israelíes y palestinos, Hady Amr, tiene previsto reunirse el domingo con dirigentes israelíes en Jerusalén y visitar Cisjordania para encontrarse con funcionarios palestinos. El mismo día, el Consejo de Seguridad de la ONU volverá a reunirse.

Pese a los esfuerzos diplomáticos para poner fin a cinco días de violentos combates, desde el viernes por la noche se lanzaron unos 300 cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel, según el ejército israelí.

Un israelí de 50 años fue alcanzado por esos tiros a las afueras de Tel Aviv cuando estaba en su coche, indicaron la policía y los servicios médicos israelíes.

Hamás afirmó que había lanzado cohetes hacia el centro de Israel para vengar un bombardeo israelí «contra mujeres y niños» en Gaza.

Diez palestinos de una misma familia, incluyendo a dos mujeres y ocho niños, murieron al amanecer en un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Al Shati, en la ciudad de Gaza.

«Los niños siguen siendo víctimas de esta escalada sangrienta», lamentó Tor Wennesland, emisario de la ONU para Oriente Medio, que se dijo «aterrado».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo estar «consternado» por las bajas civiles en Gaza y «profundamente afectado» por el ataque de Israel contra las oficinas de medios de comunicación internacionales.

– «Nakba» –

Desde el lunes, al menos 145 palestinos han perdido la vida, entre ellos 41 menores, y 1.100 resultaron heridos, según el último balance de las autoridades palestinas.

Esta operación israelí es la más importante desde la guerra de 2014 con el movimiento islamista en Gaza, y fue lanzada después de que Hamás disparara una andanada de cohetes contra Israel como muestra de su «solidaridad» con el levantamiento palestino en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este.

Desde entonces, se han disparado más de 2.300 cohetes desde la Franja de Gaza que han matado a 10 personas, entre ellas un menor y un soldado, y han herido a 560. Según el ejército, el escudo antimisiles «Cúpula de Hierro» ha interceptado más de la mitad de los proyectiles.

Los palestinos conmemoran cada 15 de mayo la Nakba, la «catástrofe» que representa para ellos la creación de Israel en 1948 que supuso el éxodo de centenares de miles de personas.

Miles de manifestantes tomaron las calles de varias ciudades de Europa, Estados Unidos y otras latitudes en apoyo a los palestinos en los enfrentamientos con Israel.

Dos palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en Cisjordania, tras los altercados de la víspera en los que murieron otras 11 personas, según los servicios sanitarios palestinos.

El ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, amenazó con «anular las medidas de ayuda económica y a la sociedad palestina» si siguen los disturbios en Cisjordania.

Además, en su territorio, Israel también hace frente a una escalada de violencia intercomunitaria inédita en sus ciudades «mixtas», donde cohabitan judíos y palestinos con ciudadanía israelí, especialmente en Lod (centro), Jaffa cerca de Tel Aviv y Acre, en el norte del país.

Y en la frontera con Líbano se han registrado varios incidentes, incluyendo un intento de infiltración de manifestantes libaneses, según el ejército.