La ingesta diaria de aspirina para reducir el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular ya no debería recomendarse en Estados Unidos para personas de 60 años o más, advirtió el martes un panel de expertos.

«El uso diario de aspirina puede ayudar a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en algunos, pero también puede causar efectos adversos graves, como hemorragia interna», advirtió en un comunicado el doctor John Wong, miembro de la Fuerza de Tarea de Servicios Preventivos de Estados Unidos.



En cuanto a las personas de 40 a 59 años, en situación de riesgo pero sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, deben tomar individualmente la decisión de iniciar este tratamiento, previa consulta con su médico, añaden estos expertos.

Se trata de un cambio radical que afecta a millones de personas debido a que su práctica está muy extendida en el país. La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en Estados Unidos.



Desde 2016, los expertos de la Fuerza de Tarea, cuyas recomendaciones se siguen ampliamente, han recomendado la aspirina para personas de 50 años con un riesgo evaluado del 10% de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular en los siguientes diez años.

También creían que las personas en riesgo de 60 años podrían tomar este tratamiento preventivo sobre la base de una decisión individual.

Pero durante varios años, los estudios han cuestionado las recomendaciones estadounidenses.

La aspirina diluye la sangre, lo que previene la formación de coágulos y ayuda a reducir el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

Este martes, sin embargo, los expertos consideraron que estos beneficios en las personas mayores no eran suficientes para compensar el aumento del riesgo de hemorragia, especialmente en el cerebro o los intestinos.

«Es importante que las personas entre 40 y 59 años que no tienen antecedentes de enfermedad cardíaca tengan una conversación con su médico para decidir juntos si comenzar con la aspirina es adecuado para ellos», recalcó.

Estas nuevas recomendaciones aún no son definitivas, ya que están sujetas a un periodo de debate público hasta principios de noviembre, y no aplican para personas que toman aspirina después de haber sufrido un derrame cerebral o un ataque cardíaco, según el comunicado.

Se estima que cada año alrededor de 600.000 estadounidenses sufren de un primer ataque cardíaco y alrededor de 610.000 de un primer accidente cerebrovascular.

La toma de aspirina para reducir este riesgo a menudo se inicia de forma espontánea por parte de los estadounidenses.

Según un estudio de 2017, el 23,4% de los adultos de 40 y más años sin enfermedad cardiovascular tomaban aspirina como medida preventiva, de los cuales el 22,8% lo hacía sin recomendación de un profesional de salud.