Los efectos sobre las lluvias del fenómeno climático de El Niño provoca con frecuencia malnutrición en millones de niños, dejando secuelas sobre su salud a largo plazo, afirmaron el martes unos científicos, que piden acciones contra las «predecibles» consecuencias de este fenómeno.

El Niño es un evento periódico de la zona del este del océano Pacífico que afecta a la temperatura global de esta región, desencadenando tanto lluvias intensas como sequías.



Investigadores de Estados Unidos estudiaron 40 años de datos de más de un millón de niños en las regiones en vías de desarrollo y compararon su peso según hubieran sufrido o no el fenómeno de El Niño.

Constataron que los años con condiciones más cálidas y secas de El Niño aumentaron la malnutrición infantil en los trópicos (una zona del mundo donde el 20% de los niños sufren malnutrición severa).



Mientras que el peso de los niños parece recuperarse después de El Niño, el impacto de este fenómeno en su nutrición condujo a un retraso en su crecimiento durante años.

En el estudio publicado en la revista Nature Communications, el equipo investigador muestra que un Niño normal multiplica por tres las tasas de malnutrición con respecto a lo observado durante la pandemia de coronavirus.

«Es muy difícil prepararse para una pandemia global que poca gente vio venir», afirma uno de los autores, Amir Jina, del Harris School of Public Policiy (Chicago, EEUU). «Pero no se puede decir lo mismo sobre los eventos de El Niño, que tienen un impacto potencial mucho mayor sobre el crecimiento y la salud de los niños a largo plazo».

En 2015, un año en el que El Niño fue muy violento, los investigadores vieron que esto llevó a la malnutrición a seis millones de niños.

Aunque todavía no se conocen las consecuencias del calentamiento global en la frecuencia de este fenómeno, sí que se observa que está haciendo más cálidas y secas regiones ya de por sí secas y cálidas.

Los autores del estudio constatan que El Niño contribuyó en gran medida a ralentizar los esfuerzos de los países en desarrollo en su lucha contra el hambre.

Como este fenómeno se puede predecir con, al menos, seis meses de antelación, los científicos piden a los gobiernos que integren el impacto de El Niño en sus planes de ayuda humanitaria.

«Son eventos climáticos cíclicos que provocan auténticas tragedias en el planeta», dijo Jesse Anttila-Hughes, de la Universidad de San Francisco.

Para Anttila-Hughes, se deberían realizar más estudios sobre el impacto de El Niño en los ciclos de cultivos a nivel regional para compararlos con la adaptación de los sistemas agrícolas ante el calentamiento global.

«Pero que no hayamos actuado ante un evento como El Niño, que sabemos que ocurre cada ciertos años, es una mala señal. Ya que muchos de los efectos del cambio climático son cada vez más impredecibles».