No hay incertidumbre ni desasosiego,  solo  queda la impotencia ante la resignación de  que uno puede ser asaltado en cualquier momento, así lo vive a diario  la gente en muchos de los barrios de la capital, y muy especialmente en Santo Domingo Este, municipio que se encuentra asediado por asaltantes en motocicletas.

“Yo salí de la casa de mi tía a eso de las 5:30 de la tarde, caminé por la avenida San Vicente de Paul, antes de llegar a Mega Centro dos individuos aparecieron de la nada y me arrebataron la cartera llevándose todo lo que tenía, monedero con efectivo, tarjetas, identificaciones  y celular”, expresó  impotente Ivelisse Rojas.



En algunos perímetros de los sectores  Alma Rosa, Villa Faro, Mi Hogar, ensanche Ozama, Las Palmas de Alma Rosa, Cansino, El Rosal, entre otros lugares, caminar ya no es nada seguro, y si las personas no tienen vehículo deben hacerlo en taxis o motoconcho.

Desde antes de la pandemia del coronavirus ya muchos hábitos normales de las personas habían sido cambiados por la delincuencia que va  muy por delante de la Policía Nacional y los organismos de seguridad del Estado. Ya no se puede salir a caminar, ir a supermercado, ir a la iglesia o simplemente salir a tomar un poco de aire fresco, ya no hay lugares seguros en el país.



No se puede caminar por las calles a ciertas horas, no se puede estar en  frente de su casa o en las galerías con algún aparato o algo de valor. A cada instante a todas horas se vive bajo el acecho de atracadores motorizados que actúan impunemente ante la mirada atónita de los demás que no pueden hacer nada.

Tratar el tema de los asaltos es una historia sin fin, pero hay que decir que sin importar la hora del día o la noche, hombres en veloces motocicletas (de todas marcas y cilindrajes preparadas para huir) y armados con pistolas y revólveres se adueñan de las calles en Santo Domingo Este, despojando a hombres, mujeres y niños de las pertenencias de valor que porten, principalmente celulares, laptops  y prendas.

“El problema de aquí no se resuelve cambiando a un  jefe de Policía, es enviando patrullas de policías serios a las calles, y cambiando el criterio de los destacamentos policiales, que son centros de recolección de dinero”, Augusto Rojas (nombre ficticio).

Las vivencias que narran residentes en barrios de Santo Domingo Este sobre asaltos y robos, así como los vídeos de cámaras de seguridad subidos a la red son evidencias precisas del problema

Sin vigilancia

Sin importar los datos estadísticos y los trabajos de inteligencia o socioeconómicos que se hayan hecho sobre el tema de la delincuencia, la realidad es que la falta de vigilancia policial y la complicidad de muchos destacamentos policiales y sus agentes con los delincuentes es el mayor incentivo para que este flagelo crezca de forma exponencial.

En un recorrido realizado en Santo Domingo Este en distintos días a diferentes horas, se pudo observar lo solitarias que permanecen las calles en algunos sectores, pero sobre todo en avenidas como la San Vicente de Paul, Venezuela, José Jiménez, Sabana Larga, carretera de Mendoza y en otras la presencia policial nunca fue vista.

¿Cómo es posible que en sectores rodeados por destacamentos policiales (el del Ozama, Villa Faro, Felicidad, Vietnam, y otros) no se vean ni patrullas en camionetas y muchos menos  motorizadas.

¿Cómo es posible que se puedan ver hombres (con apariencia de delincuentes, sin cascos o con ellos, sin placas) en motocicletas a todas horas, transitando por las vías sin ningún rumbo sin que sean detenidos por los policías o los agentes de la Digesett.

Geografía

La condición geográfica de Santo Domingo Este, que aparte de ser un municipio con muchas necesidades y barrios pobres llenos de jóvenes desempleados, está compuesta por un laberintos de calles y callejuelas que se interconectan entre sí, uniendo de forma directa los sectores Los Mina (Katanga, Vietnam), Mandinga, Villa Faro, Alma Rosa, ensanche Ozama, y muchos más.

Esta condición topográfica combinada por la falta de vigilancia policial origina que delincuentes de todos los barrios puedan moverse con libertad haciendo de las suyas. Los antisociales pueden atracar con toda facilidad  ya que conocen las rutas de escape y saben que de seguro no serán detenidos.

“Yo debo todos los días ir a tomar el metro en Mega Centro, salgo oscuro de mi casa, y solo llevo lo necesario, incluso ahora solo tengo un maco desde que me atracaron, y yo nunca he visto una patrulla policial, pero sí veo cómo esos delincuentes andan como si nada. Ni si quiera se disfrazan de hombre serios sino de atracadores”, dijo  Víctor Reyes.

Tipos de atracadores

Atracador solitario: Un  individuo en motocicleta con un arma corta de fuego. Se le acerca a la víctima, casi siempre mujeres u hombres solos. Les dice que se trata de un atraco mostrándoles el arma. Toma lo que le pasen y se marcha rápido.

En pareja: dos individuos en motocicleta, quien conduce vigila el área y está atento para la fuga, el acompañante  se desmonta pistola en manos y requisa tomando los objetos de valor. Cuando hay que entrar a un lugar (banca, colmado o casa) el acompañante se desmonta armado, toma lo que quiere y se marchan.

En grupo: andan en  equipos de dos y tres motores con cuatro o seis hombres. Su ataque es fulminante y casi nunca falla. Se combinan para atacar a grupos de personas, sin importar si se movilizan o están estáticas en algún lugar de recreación o actividad colectiva.

Tiempo

Un atraco normal a una persona a la cual hay que quitarle celular, prenda y billetera, apenas dura unos 5 a 10 segundos. Si  la acción delictiva es a un local comercial el tiempo variará dependiendo del tipo de negocio (tienda de celular, colmado, tienda de ropa, farmacia, banca de lotería) y del control que tengan los delincuentes del lugar asaltado.