El 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemora la lucha de tres mujeres dominicanas contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Patria, de 36 años; Minerva, de 34; y María Teresa, de 25; fueron brutalmente asesinadas a golpes junto al conductor Rufino de la Cruz la noche del 25 de noviembre de 1960, cuando las activistas políticas regresaban de visitar a sus maridos encarcelados en Puerto Plata (norte). Se encontró su vehículo en el fondo de un acantilado con los cuerpos sin vida de las tres.

Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, conocidas como ‘Las Mariposas’, desafiaron al sanguinario dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) y pagaron con sus vidas por ello, convirtiéndose en un símbolo de la lucha frente a la violencia contras las mujeres.



En su juventud, el papel de Minerva, María Teresa y Patria contra la represión del dictador Trujillo ya era un asunto de dominio público y no tardaron en convertirse en referentes para buena parte de la población. Minerva fue la primera mujer dominicana en obtener la Licenciatura de Derecho y lideró junto a su esposo Manolo Tavárez, también abogado, la creación del Movimiento Revolucionario ‘14 de junio’, una agrupación política que combatió a la dictadura.

El cuádruple asesinato quedó impune, pero precipitó la caída del dictador, asesinado seis meses después, el 30 de mayo de 1961. En homenaje a su lucha, en 1999 Naciones Unidas instituyó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.



El ejemplo de las Mirabal «es importante porque le vino a poner fecha» a la lucha contra la violencia hacia la mujer, dijo en 2020 a EFE Minou Tavárez Mirabal, hija de Minerva y de Manolo Tavárez Justo, héroe nacional y parte del Movimiento 14 de Junio, cuyos miembros protagonizaron una fallida expedición para derrocar en 1959 al tirano. En esa entrevista, la exdiputada señaló la importancia de no olvidarlas «porque, por lo general, las luchas de las mujeres son invisibles, tienden a borrarse, ocultarse, a ignorarse, a pasarles un velo de opacidad».

La casa materna, donde las tres hermanas se refugiaron los últimos meses de su vida por las persecuciones políticas, se convirtió en 1994 en la Casa Museo Hermanas Mirabal, donde descansan sus restos y los de Tavárez Justo. Sus vestidos, camas, muebles, así como la máquina de escribir de Minerva y las de coser de Patria y María Teresa se mantienen intactos gracias al cuidado, primero de su madre y luego de Dedé, única superviviente de las hermanas, fallecida en 2014.

Si el ejemplo de estas combatientes antitrujillistas «sirve para evitar aunque sea una sola muerte de una mujer en el mundo yo me imagino a mi mamá diciendo: valió la pena», afirmó Tavárez Mirabal en esa entrevista con EFE. Minou, excandidata a la Presidencia en los comicios de 2016, recordó, no obstante, que no se trató de un caso de violencia de género. Trujillo ordenó el crimen porque las Mirabal organizaron «el movimiento opositor más grande» que tuvo durante su dictadura.

En 1962, los autores materiales de este salvaje crimen fueron sentenciados a penas de entre 20 y 30 años. Sin embargo, «dos años después estaban sueltos», dice Minou, y «protegidos» por el propio Estado. Tampoco se hizo justicia a Tavárez Justo y sus compañeros, asesinados en 1963 en un «crimen de Estado», lamenta.

«Los asesinos de ese héroe nacional andan sueltos, los asesinos de las hermanas Mirabal, heroínas nacionales, se han ido muriendo en sus casas tranquilamente, protegidos, muchos de ellos, por el Estado dominicano y con salarios del Estado dominicano», subrayó.