La nueva política de Twitter que impide compartir imágenes privadas ajenas sin consentimiento apunta a combatir el abuso en línea, pero activistas e investigadores estadounidenses advierten que partidistas de ultraderecha la han usado para protegerse de escrutinios y acosar a oponentes.

La red social incluso admitió que el despliegue de estas reglas, según las cuales cualquiera puede pedir a Twitter eliminar imágenes de sí mismo publicadas sin consentimiento, fue empañado por informes maliciosos y errores de su propio equipo.



Era justo el tipo de problema que preocupaba a defensores del antirracismo tras el anuncio de la política esta semana.

Sus preocupaciones fueron rápidamente validadas con una captura de pantalla que tuiteó el investigador antiextremista Kristofer Goldsmith, que mostraba un llamado de ultraderecha que circulaba por Telegram: «Debido a la nueva política de privacidad en Twitter, ahora las cosas funcionan, inesperadamente, a nuestro favor».



«Cualquiera con una cuenta de Twitter debe reportar publicaciones ‘doxxing’ de los siguientes usuarios», decía el tuit, citando docenas de cuentas de Twitter.

El «doxxing», acto de publicar en línea detalles privados de alguien para que pueda ser acosado, ha costado a muchos sus trabajos y los ha puesto en el ojo del huracán, mientras que activistas que publican la información también han enfrentado amenazas y acoso.

Gwen Snyder, investigadora en Filadelfia, aseguró que su cuenta fue bloqueada esta semana tras reportes enviados a Twitter sobre una serie de fotos tomadas en 2019 que, según ella, mostraban a un candidato local en una marcha organizada por el grupo de extrema derecha Proud Boys.

En lugar de apelar, optó por borrar las imágenes y alertar sobre lo que ocurría.

«Twitter movilizándose para eliminar (mi) trabajo de su plataforma es increíblemente peligroso y permitirá y fortalecerá a los fascistas», denunció Snyder a la AFP.

 

– «Varios errores» –

 

Al anunciar la política de privacidad el martes, Twitter apuntó que compartir imágenes y videos personales «potencialmente puede violar la privacidad de una persona y puede llevar a un daño emocional y psicológico».

Pero las reglas no aplican a «figuras públicas o individuos, cuando los medios y el texto del tuit que los acompaña se comparten con interés público o agregan valor al discurso público».

El viernes, Twitter admitió la dureza del despliegue: «Nos dimos cuenta de una cantidad significativa de reportes coordinados y maliciosos y, desafortunadamente, nuestros equipos de ejecución cometieron varios errores».

«Hemos corregido esos errores y estamos realizando una revisión interna para asegurarnos de que esta política es usada según lo previsto», continuó.

No obstante, el activista e investigador Chad Loder, basado en Los Ángeles, dijo que su cuenta fue bloqueada permanentemente tras reportes sobre imágenes grabadas públicamente en una manifestación antivacunas y en una confrontación frente a la residencia de un antiguo periodista de Vice.

Para Loder, las denuncias de reportes de la extrema derecha son la punta del iceberg de un «esfuerzo continuo y concertado» por eliminar evidencias de sus «crímenes».

 

– «No soy optimista» –

 

Expertos aseguran que las nuevas reglas de Twitter parecen ser una idea bien intencionada, pero son increíblemente complejas de aplicar.

Una razón es que la plataforma se ha convertido en un foro clave para identificar a personas involucradas en la extrema derecha y grupos de odio, con detectives que publican sus nombres y demás información.

Anunciadas un día después de que Parag Agrawal asumiera como director ejecutivo de Twitter reemplazando a Jack Dorsey, las nuevas reglas tocan asuntos que pueden estar fuera del control de la plataforma.

«Estos son problemas que se resolverán en nuestros tribunales, probablemente», afirmó Betsy Page Sigman, profesora emérita de la Universidad de Georgetown.

«No soy optimista sobre los cambios de Twitter», sentenció.