El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó al Congreso a aprobar la reforma migratoria «de una vez por todas», enfatizando que además de ser «lo correcto, es lo económicamente inteligente».

«Si queremos promover la libertad y la justicia, necesitamos asegurar la frontera y arreglar el sistema de inmigración», afirmó Biden entre fuertes aplausos durante su primer discurso sobre el Estado de la Unión.



El líder demócrata aseguró que es posible hacer «ambas cosas». 

Dijo que su gobierno instaló nueva tecnología para detectar mejor el contrabando de drogas e implementó patrullas conjuntas con México y Guatemala «para atrapar a más traficantes de personas».



También señaló que se destinaron más jueces de inmigración para atender más casos de pedidos de asilo «más rápido», y que se hicieron acuerdos con «socios en América del Sur y Central para acoger a más refugiados y asegurar sus propias fronteras».

Biden, que llegó al poder en enero de 2021 prometiendo una política migratoria más humana y la regularización de millones de inmigrantes indocumentados, enfatizó que tener una frontera segura no es incompatible con mantener «encendida la antorcha de la libertad que ha llevado a generaciones de inmigrantes a esta tierra».

En medio en nuevos y fuertes aplausos, pidió «proporcionar un camino hacia la ciudadanía» para los jóvenes que llegaron al país de niños con sus padres inmigrantes, así como para quienes viven y trabajan en Estados Unidos bajo un estatuto temporal, y para los trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales.

Hay que «revisar nuestras leyes para que las empresas tengan los trabajadores que necesitan y las familias no esperen décadas para reunirse. No solo es lo correcto, es lo económicamente inteligente», subrayó.

«Es por eso que la reforma migratoria cuenta con el apoyo de todos, desde los sindicatos hasta los líderes religiosos y la Cámara de Comercio de Estados Unidos», resaltó.

«¡Hagámoslo de una vez por todas!», expresó entre nuevos aplausos.

Biden ha impulsado una reforma migratoria y propuesto una vía hacia la ciudadanía para 11 millones de indocumentados en un país que lleva 35 años sin una ley de este tipo. Pero sus principales iniciativas se han estancado, sin apoyo suficiente en el Senado, donde se topa con una oposición frontal de los republicanos y de algún demócrata centrista.