El lujoso yate Atomic se encuentra anclado actualmente en Casa de Campo, provincia La Romana, en República Dominicana, luego de un viaje de tres días que se inició en el puerto de Palm Beach, Estados Unidos.

La nave, que fue construida hace dos años y navega bajo la bandera de las Isla Caimán, llegó al territorio dominicano el lunes, según publica Marine Traffic Terresterial Automatic.



Su capacidad de carga es de 176 toneladas de peso y su calado de 3.2 metros. Su longitud total es de 61.8 metros y su anchura 12 metros.

Indica el Diario Libre que de acuerdo a la revista especializada Boat International, la opulenta embarcación, valorada en 68 millones de dólares, fue construida por la empresa Viareggio Superyachts, compañía que comparte su nombre con una ciudad italiana en la que se construyen los barcos más caros del mundo, según reseña la BBC en un artículo de 2017.



El yate, cuyo interior fue diseñado por la empresa Franck Darnet Design, tiene capacidad para 12 invitados en seis camarotes, que comprenden un camarote principal y cinco cabinas dobles espaciosas. Su arquitectura naval fue supervisada por Viareggio Superyachts y Laurent Giles.

La revista explica que la característica que más se resalta del yate es un centro de buceo con el que cuenta, al que se accede a través de un balcón plegable en su casco, el cual es reconocible al instante por su tono gris adornado con una franja roja de Mónaco.

En tanto que la revista especializada en yates neerlandesa Superyacht Times detalla que Atomic figura en el puesto 383 del ranking de los yates más grandes del mundo y es la segunda embarcación más grande construida por Viareggio Superyachts.

Medios especializados señalan que la embarcación pertenece a un magnate propietario de una de las más prósperas compañías de detergentes de los Estados Unidos.

El yate llegó a territorio dominicano en momentos en que el país ha mostrado su interés en desarrollar el negocio de las embarcaciones de lujo, según explicó a periodistas el ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, cuando fue preguntado sobre su visita al Flying Fox, otra embarcación de lujo que, en la actualidad, está en la mira de las autoridades dominicanas y estadounidenses por una investigación de lavado de activos.