Washington, Estados Unidos. Los niños que han vuelto al colegio en América Latina después de los cierres impuestos por la pandemia se han retrasado entre uno y 1,8 años, según el Banco Mundial, que con Unicef, la Unesco y el Diálogo latinoamericano dieron este jueves la voz de alarma.
Los presidentes de Chile, Gabriel Boric, de Honduras, Xiomara Castro, de Argentina, Alberto Fernández, y de Ecuador, Guillermo Lasso, se sumaron a la iniciativa promovida por las cuatro organizaciones.
La crisis educativa en la región «no tiene precedentes» y «si no actuamos ahora» toda una generación «será menos productiva en el futuro y tendrá menos oportunidades de progreso», dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe durante este foro virtual para la recuperación educativa.
«Según nuestras estimaciones, los estudiantes de hoy podrían ver disminuir sus ingresos a lo largo de su vida hasta en un 12%», añadió.
América Latina y el Caribe ha experimentado uno de los cierres de colegios más prolongados del mundo y todavía hay alumnos que no han vuelto a las aulas.
Antes de la pandemia la región ya sufría una crisis educativa y solo un tercio de los estudiantes disponía de las competencias mínimas al finalizar primaria. Además, unos 10,5 millones no estaban escolarizados.
Esto empeoró con la pandemia, sobre todo entre aquellos niños con dificultades de acceso a la educación remota.
«Me encontré con chicos que ya se habían olvidado de una tabla de multiplicar sabiendo que están en una edad de 14 a 18 años», comentó Karen Farfán, una profesora ecuatoriana, en un vídeo transmitido durante el foro.
«Toda una generación perdió una cantidad gigante de horas de aprendizaje», por lo que «estamos en modo emergencia», afirmó Italo Dutra, asesor regional de educación de Unicef.
Para impedir una catástrofe generacional, el foro pide a los gobiernos que den carácter de urgencia a la recuperación educativa y se aseguren de que todos los estudiantes vuelvan a las aulas.
En un mensaje grabado, el presidente chileno abogó por «no seguir con la lógica de las pruebas estandarizadas (…) sobre conocimientos que al final del día a los niños y niñas no les sirven». «Lo que queremos hoy día es que volvamos a convivir, que volvamos a encontrarnos, que nos hagamos cargo de la tremenda brecha educativa», dijo.
Su homóloga hondureña estimó que «el derecho a la educación se ha visto disminuido por la aplicación de políticas neoliberales».
Alberto Fernández hizo hincapié en que las sociedades más ricas no son las que tienen petróleo, gas u oro, sino «las que han sido capaces de desarrollar el conocimiento» para el futuro.
El presidente ecuatoriano llamó, por su parte, «a todos los actores de la sociedad civil y del sector público a nivel nacional e internacional» a «arrimar el hombro por la educación».