La ola de violencia genera en la República Dominicana pone en riesgo la estabilidad del país y del gobierno que encabeza Luis Abinader.
No se trata de hechos aislados, sino de situaciones que se agudizan luego que se anunciara la reforma a la Policía Nacional y que hasta las calles se lanzaron las Fuerzas Armadas.
Esto solo tiene comparación con lo ocurrido durante la época de José David Figueroa Agosto en la que las bandas de narcotráfico se disputan el control de la droga que se vende y sale de la República Dominicana.
Lo correcto es que todos los sectores apoyen la lucha contra la delincuencia.
No se debe politizar el asunto. La respuesta debe ser ahora antes de que ese mostruo de la delincuencia se salga de control. Dejen a las autoridades hacer su trabajo. Y quien no tenga nada que hacer en el medio mejor que se recoga.