La NBA asistió asombrada el jueves al regreso a la cumbre de los Golden State Warriors de Stephen Curry, la gran franquicia de la pasada década, decidida ahora a alargar la dinastía pese a la veteranía de sus estrellas.

En plena celebración de su triunfo en las Finales ante los Boston Celtics (4-2), jugadores y dirigentes de los Warriors advirtieron que poseen los recursos, el fuego competitivo y el talento para un nuevo asalto al título la próxima temporada, donde superestrellas como Giannis Antetokounmpo (Bucks), LeBron James (Lakers), Kevin Durant (Nets) o Kawhi Leonard (Clippers) les esperan con ánimo de revancha.



«Esto es increíble, pero podemos ser aún mejores el próximo año», subrayó Curry en una entrevista el viernes con ESPN. «Creo que realmente tenemos la oportunidad de mantener esto vivo».



La vieja guardia de los Warriors ha reclamado el trono tres años después de su último viaje a las Finales, cuando cayeron ante los Raptors diezmados por las lesiones de Kevin Durant y Klay Thompson.

Aunque después descendió a las profundidades de la NBA, Golden State nunca perdió la confianza en el veterano trío de estrellas (Curry, Thompson y Draymond Green) que les guió a los anillos de 2015, 2017 y 2018.

Mientras esperaban pacientes el regreso de Thompson, más de dos años lesionado, el núcleo fundador fue rodeado de piernas y talento joven gracias a la inigualable chequera de la boyante franquicia de San Francisco (California).

Curry, que ha brillado como nunca en estas Finales y fue el unánime MVP, tiene contrato hasta el final de la temporada 2026, a la que llegará con 38 años y un salario anual cercano a los 60 millones de dólares.

Klay Thompson y Draymond Green tienen 32 años y, aunque superaron su plenitud de juego, están comprometidos con Golden State hasta 2024 con otros megacontratos de 43 y 27 millones de dólares respectivamente.

Los sueldos del trío combinados superaron esta temporada los 112,4 millones de dólares de límite salarial con el que contaron las franquicias.

La plantilla campeona tuvo un costo en salarios de 178 millones de dólares, por lo que los Warriors tuvieron que pagar una penalización adicional de otros 170 millones.

Además del veterano trío, los Warriors se dan el lujo de tener otro estratosférico contrato anual de 33 millones del alero canadiense Andrew Wiggins, reclutado en 2020 y cuya actuación en estos playoffs le ha otorgado estatus de figura en el equipo.

El resto de jugadores experimentados, como Otto Porter Jr, juegan con salarios menores y por detrás vienen empujando prometedores jóvenes como Jordan Poole o el novato Jonathan Kuminga.

 

– Inversión sobre el límite –

 

La noche del jueves, Joe Lacob, líder del grupo de propietarios, respondió a las quejas filtradas por algunos equipos rivales sobre la permisividad que han tenido para gastar.

«Eso es una broma, creo que es ridículo», dijo Lacob al medio digital The Athletic. «Todos nuestros jugadores son chicos que reclutamos en el Draft o fichajes mínimos, excepto un intercambio (Andrew Wiggins)», señaló. «¿Cómo se puede decir que hemos comprado el título? Es una locura».

«Cuando crees que tienes una oportunidad de llegar lejos y competir por un campeonato, nuestra creencia es que vamos a hacer todo lo que podamos, utilizar hasta el último dólar», recalcó.

«Muchos equipos no pueden o no quieren hacer eso, supongo. Tenemos grandes ingresos. Nuestra parte comercial es muy buena, así que podemos gastar un poco más», zanjó Lacob, un inversor con una fortuna de unos 1.500 millones de dólares, de acuerdo con Forbes.

Lacob y el productor cinematográfico Peter Guber adquirieron la franquicia en 2010 a un precio de 450 millones de dólares y hoy su valor se estima en más de 5.600 millones después de cuatro anillos y la mudanza en 2019 al Chase Center de San Francisco, una moderna cancha de 1.000 millones de presupuesto.

Con unos ingresos anuales estimados en 700 millones, los Warriors tratarán en lo posible de darle a esta plantilla la oportunidad de revalidar el título.

Entre las decisiones que deben tomar están las renovaciones del pívot titular Kevon Looney y el sexto hombre Jordan Poole, además de posibles y costosas extensiones de los contratos de Wiggins y Green.

«Haremos un esfuerzo para mantener el equipo unido», aseguró Bob Myers, mánager general. «Hay un buen equilibrio entre jugadores jóvenes, veteranos y en edad intermedia. No hay ningún tipo que no nos guste. Así que lo intentaremos».