Berlín, Alemania. Un informante anónimo que filtró información confidencial que dio lugar a los «Panama Papers», que denunció un amplio sistema de evasión fiscal y fraude en todo el mundo, asegura que Rusia quiere verlo muerto, en una entrevista publicada este sábado por Der Spiegel.

Interrogado por primera vez desde las primeras revelaciones en 2016 por la revista, afirma que dispone de pruebas sobre irregularidades financieras cometidas por altos responsables rusos y sus aliados, que ayudaron a financiar la guerra en Ucrania.



«Las empresas pantalla que financian al ejército ruso son las que matan a civiles en Ucrania, mientras los misiles de Putin apuntan a los centros comerciales», aseguró Jhon Doe, seudónimo utilizado por el denunciante. Estas corporaciones «hacen posible estos horrores y más», prosigue.

Para Doe, el presidente ruso Vladimir «Putin es una amenaza mayor para Estados Unidos de la que fue Hitler, y las sociedades fantasma son sus mejores amigos».



También reveló que teme cualquier represalia de Rusia. «Es un riesgo con el que vivo, dado que el gobierno ruso ha expresado el hecho de que me quiere muerto», precisó.

Según el denunciante, el canal estatal ruso RT emitió un docudrama de dos capítulos sobre los «Papeles de Panamá» en el que aparecía el personaje ‘Jhon Doe’ herido en la cabeza tras ser torturado.

«El mensaje no era sutil. Ya hemos visto cómo otras personas conectadas a cuentas offshore y sometidas a procesos judiciales por tributación irregular recurren al asesinato», puntualiza.

Como prueba, destaca las muertes de los periodistas Daphne Caruana Galizia y Jan Kuciak, dos periodistas de investigación asesinados en Malta y Eslovaquia.

«Los Panama Papers involucran a tantas organizaciones criminales transnacionales, algunas de ellas vinculadas a gobiernos, que es difícil imaginar cuán seguro sería para revelar la identidad», considera el denunciante, que prefiere mantenerse bajo anonimato.

Los «Panama Papers» es la mayor investigación periodística sobre documentos financieros revelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

Estas filtraciones provocaron la dimisión del primer ministro islandés y abrieron el camino para destituir al líder paquistaní.