Un niño de 10 años perdió parte de una pierna tras ser mordido por un tiburón mientras buceaba el fin de semana en los Cayos de Florida, en el sureste de Estados Unidos, informó su familia.
Jameson Reeder Jr. fue atacado por el tiburón el sábado en el arrecife Looe Key, dijo la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida en un comunicado.
Según una publicación en Facebook de su tío Joshua Reeder, el niño había ido en bote con sus padres y otros tres hermanos y estaba buceando en un arrecife poco profundo cuando «recibió un fuerte golpe debajo de la rodilla» por lo que suponen era un tiburón toro de dos metros y medio de largo.
Jameson pudo aferrarse a un flotador dy fue rescatado por su padre, quien le aplicó un torniquete en la pierna e hizo señas a otro bote más rápido que llevó a la familia a tierra.
El niño fue trasladado luego en avión al Miami Children’s Hospital, donde un equipo médico le salvó la vida, pero se vio obligado a amputarle la pierna por debajo de la rodilla.
«Ya salió de la cirugía y está descansando», escribió el tío del menor.
Si bien este verano boreal un número más alto de lo normal de encuentros con tiburones frente a la costa de Nueva York ha llamado la atención, el riesgo general de ser mordido por un tiburón sigue siendo bajo.
Las tendencias globales se mantienen estables tras un ligero incremento de ataques en los últimos 30 años, en parte debido al aumento de la actividad recreativa de los humanos y la recuperación de las poblaciones vulnerables de tiburones.
Según el Museo de Florida, el año pasado hubo 73 ataques no provocados en todo el mundo, casi todos causados porque los tiburones confunden a humanos con sus presas.
La mayoría de los ataques en Estados Unidos ocurren frente a la costa atlántica de Florida, lugar de aguas agitadas y peces cebo de los que se alimentan varias especies de tiburones.