El presidente ruso Vladimir Putin acusó el martes a Estados Unidos de tratar de «prolongar» la guerra en Ucrania, y su ejército denunció un «acto de sabotaje» tras explosiones ocurridas en un depósito de armas en la península anexada de Crimea.

«La situación en Ucrania demuestra que Estados Unidos está tratando de prolongar este conflicto», declaró Putin, en un discurso en la Conferencia Internacional de Seguridad en Moscú.



Washington «está usando a la gente de Ucrania como carne de cañón», insistió el dirigente ruso, criticando el suministro de armas estadounidenses a Kiev.

Rusia lanzó la invasión de la antigua república soviética el 24 de febrero, confiando en encontrar escasa resistencia y poder derrocar el gobierno prooccidental de Kiev en un corto plazo.



Pero tras fracasar en su ofensiva hacia la capital, el ejército ruso se ha embarrado en una guerra de desgaste a lo largo de un extenso frente en el este y el sur del país.

Estados Unidos ha aportado un respaldo económico y militar crucial para Kiev, especialmente con el envío de armas de largo alcance y artillería de precisión que han permitido a las fuerzas ucranianas atacar instalaciones rusas en el territorio controlado por Moscú.

 

– «Sabotaje» –

 

El martes por la mañana, una instalación militar en Crimea prendió en llamas, soltando grandes columnas de humo negro, según imágenes compartidas en redes sociales.

El depósito militar situado cerca de Dzhankói, en el norte de Crimea, «fue dañado el 16 de agosto por la mañana por un acto de sabotaje», señaló el ejército ruso en un comunicado citado por agencias de prensa rusas.

El ejército no apunta a ningún responsable y precisa que el suceso no provocó heridos graves.

Previamente, había indicado que el incendio se inició a las 06H15 locales y provocó la detonación de la munición almacenada.

Hace una semana, una persona murió y cinco resultaron heridas por explosiones similares en una base aérea rusa en Crimea.

Ucrania no ha reivindicado directamente su responsabilidad en estos incidentes, pero altos cargos y el ejército han insinuado su implicación.

El asesor presidencial ucraniano Mijailo Podoliak dijo el martes que las últimas explosiones en Dzhankói eran un «recordatorio» de que «la Crimea ocupada por los rusos son explosiones de los depósitos de municiones y un alto riesgo de muerte para los invasores y ladrones».

Anexada por Rusia en 2014, la península de Crimea ha desempeñado un importante papel como base de la ofensiva sobre Ucrania.

Mientras, en la región oriental del Donbás, epicentro del conflicto, Ucrania denunció que Rusia ha lanzado una ofensiva «masiva» desde una refinería de petróleo en la recién capturada ciudad de Lysychansk, en la provincia de Lugansk.

En la vecina provincia de Donetsk, que también forma parte del Donbás, una mujer murió y otras dos resultaron heridas por un ataque ruso, según la presidencia ucraniana.

Esta importante región minera del este del país, escenario de un conflicto con separatistas prorrusos desde 2014, está casi bajo control completo de Moscú.

Por otra parte, en el frente sur, en la región de Jersón, continuaba la tensión en torno a la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ocupada por las fuerzas rusas desde comienzos de marzo.

Este martes, el presidente francés Emmanuel Macron habló telefónicamente durante una hora y veinte minutos con su homólogo ucraniano Volodimir Zelenski sobre la situación en la central nuclear.

La presidencia francesa indicó que dará cuenta del intercambio durante el correr del día martes.

 

– Buque humanitario de la ONU –

 

En medio de estas hostilidades, un primer barco fletado por Naciones Unidas consiguió zarpar el martes del sur de Ucrania cargado con cereales para África gracias a un acuerdo cerrado en julio entre Moscú y Kiev con la mediación de Turquía.

Este acuerdo, amparado por la ONU, incluye el levantamiento del bloqueo ruso de los puertos ucranianos en el mar Negro y el establecimiento de corredores seguros a través de las minas marítimas colocadas por Kiev.

El barco Brave Commander partió del puerto de Pivdenny con 23.000 toneladas de cereales en dirección a Yibuti, donde se distribuirán hacia Etiopía, indicó el ministerio de Infraestructura de Ucrania.

Desde la firma del acuerdo, una quincena de barcos han conseguido partir de Ucrania con cereales, pero este es el primer navío humanitario de la ONU en hacerlo.

El ministerio ucraniano confía que pronto salgan «dos o tres» buques suplementarios fletados por el Programa Mundial de Alimentos.

Además de perturbar el mercado mundial de cereales y elevar el riesgo de hambruna en numerosos países, la invasión de Rusia ha provocado un pulso económico, político y cultural entre Moscú y la mayoría de capitales europeas.

En este contexto, la primera ministra de Estonia, que también estuvo bajo control de la URSS, anunció el martes que su gobierno había decidido retirar los monumentos de la época soviética del país.