El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció este jueves nueva ayuda para migrantes y refugiados en las Américas, al margen de la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Lima.

Blinken, quien llegó en la noche del miércoles a la capital peruana para participar en la cita regional tras visitar Colombia y Chile, informó sobre esta nueva asistencia humanitaria y de seguridad por más de 240 millones de dólares poco antes de presidir una reunión ministerial sobre el tema migratorio, que genera tensiones en todo el hemisferio.



«Tenemos más personas desplazadas en todo el mundo que nunca antes en nuestra historia, más de 100 millones», subrayó Blinken. «Y nuestro propio hemisferio está experimentando eso de maneras profundas y nuevas».

La reunión ministerial tuvo lugar a raíz de la «Declaración de Los Ángeles» sobre inmigración adoptada en la IX Cumbre de las Américas en junio pasado en California.



La ayuda humanitaria está destinada a asistir a los países de la región a financiar la acogida de migrantes y refugiados en diversos sectores, como salud y educación, y se suma a los millones de dólares ya aportados por Estados Unidos para la recepción en estos países de refugiados venezolanos, precisó una vocera del Departamento de Estado, Kristina Rosales.

Según un comunicado, 39,8 millones de dólares serán para desplazados internos en Colombia; 26,8 millones para financiamiento regional para «refugiados y migrantes vulnerables» en las Américas, y 15 millones para fortalecer las capacidades de los gobiernos para gestionar la migración.

El Departamento de Estado dijo que la iniciativa apunta a promover «una migración humana, ordenada, segura y bien administrada», a combatir el tráfico de personas y a disminuir la migración irregular, así como a favorecer programas de migración laboral subregional.

Por otra parte, se destinarán más de 160 millones de dólares a seguridad bilateral y regional.

De estos, 12,9 millones de dólares serán para iniciativas de seguridad fronteriza para Colombia, México y Perú.

Otros 147,4 millones de dólares irán «para mejorar los factores de seguridad subyacentes que empujan a los centroamericanos a migrar». Estos programas benefician a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá y trabajan con la sociedad civil en Nicaragua, dijo el Departamento de Estado.