Estados Unidos hará uso de 15 millones de barriles petróleo adicionales de sus reservas estratégicas para tratar de aliviar el precio de los combustibles, y el presidente Joe Biden no descarta recurrir a más, dijo este martes un funcionario del gobierno.

Esta nueva inyección, que se llevará a cabo en diciembre, constituye la última parte del programa que el mandatario estadounidense anunció en primavera y que preveía la liberación de un total de 180 millones de barriles para hacer frente al aumento del precio de la energía producto de la invasión rusa de Ucrania.



La noticia, reportada este martes por varios medios estadounidenses durante la jornada, hizo retroceder el precio del crudo.

El precio del barril de West Texas Intermediate (WTI), la variedad estadounidense de referencia, para entrega en noviembre, cayó 3,08% y cerró en 82,82 dólares.



«El presidente dio instrucciones al Departamento de Energía para estar listo para vender más (petróleo de las reservas) este invierno si fuera necesario por cuenta de Rusia o de otras acciones que perturben el mercado», dijo el funcionario a los periodistas.

En paralelo, el presidente estadounidense planea poner en marcha un mecanismo para reponer las reservas estratégicas a largo plazo.

El gobierno de Estados Unidos comenzará a comprar crudo cuando el precio del barril WTI baje entre un rango de 67 y 72 dólares (desde los 82 dólares actuales).

La administración planea negociar contratos de recompra a un precio acordado de antemano, mediante subasta, lo que limitará los riesgos asociados con la volatilidad de los precios, según el funcionario.

Desde principios de septiembre de 2021, Estados Unidos ha echado mano de más de 212 millones de barriles de la reservas estratégicas, que están en su nivel más bajo desde junio de 1984.

Biden también pidió a las petroleras que «trasladen de inmediato los precios más bajos de la energía a los clientes», según el funcionario.

«Mantener los precios altos cuando los costos están cayendo es inaceptable», insistió.