Nueva YorkEstados Unidos. Los precios del petróleo subieron con fuerza el miércoles por buenos datos de demanda, sostenida a pesar de los temores de desaceleración económica.

El precio del barril de Brent del mar del Norte para entrega en diciembre ganó 2,32% a 95,69 dólares en Londres.



En tanto, el precio del barril de West Texas Intermediate (WTI) para igual entrega ganó 3,03% a 87,91 dólares en Nueva York.

Ayudado por la caída del dólar que abarata el barril, el mercado saludó el informe semanal de reservas en Estados Unidos, que muestra una demanda sostenida de productos refinados.



Las reservas comerciales de crudo aumentaron fuertemente la semana pasada en Estados Unidos, en 2,5 millones de barriles (mb), muy por encima de los 1,5 mb esperados por los analistas de acuerdo al consenso reunido por la agencia Bloomberg.

Este incremento inesperado se explica en parte por una merma en la actividad de las refinerías, que funcionaron a 88,9% de su capacidad, frente a 89,5% una semana antes.

Además, aumentaron las importaciones (+4,6% en una semana), y el gobierno disponibilizó 3,4 mb de sus reservas estratégicas, lo cual añadió volumen al mercado estadounidense.

Estos factores compensaron el salto de las exportaciones de crudo (+23%), que alcanzaron un máximo histórico para Estados Unidos.

En tanto, la demanda de productos refinados sigue alta: el consumo alcanzó 20,5 mb diarios la semana pasada, por encima de la demanda de hidrocarburos del 2021 en la misma época.

Ante esta demanda, «la producción quedó estable, y seguirá así a menos que los gigantes petroleros anuncien inversiones importantes en capacidad».

En el caso de la gasolina, aunque los precios siguen bajando en Estados Unidos, los contratos a futuro están en máximos en dos meses, lo que indica que los precios subirán próximamente.

Esta situación se ve impulsada por una demanda estadounidense sólida, stocks relativamente bajos, y un aumento de exportaciones hacia Europa, que enfrenta una potencial crisis energética.

Para Robert Yawger, de Mizuho, «esto podría rápidamente convertirse en un asunto político» para el gobierno de Joe Biden, que hasta ahora ha rehusado limitar las exportaciones estadounidenses para bajar los precios de la gasolina.