Unos 600 venezolanos que permanecían en un campamento al borde del río Bravo, en la mexicana Ciudad Juárez (norte), cruzaron la frontera con Estados Unidos para pedir asilo, luego de que un juez de ese país levantara una restricción migratoria, informaron este jueves autoridades.

Los venezolanos dejaron el miércoles las carpas que ocupaban desde fines de octubre y pasaron el río «para entregarse a la patrulla fronteriza» estadounidense, reportó el gobierno de Ciudad Juárez en un comunicado, que estimó en «más de 600» el número de migrantes.



«Se entregan para pedir asilo», dijo este jueves a la AFP Santiago González, director de un albergue público de esa ciudad.

La partida de los venezolanos se registró luego de que el pasado martes el juez estadounidense Emmet Sullivan dictaminó que el Título 42, aplicado desde el gobierno de Donald Trump como medida anticovid, se usó contra los migrantes de manera «arbitraria y caprichosa» para bloquear sus solicitudes de asilo.



Por solicitud del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el mismo juez concedió luego cinco semanas al gobierno de Joe Biden para poder prepararse frente a una temida avalancha de migrantes, en su inmensa mayoría latinoamericanos.

La sentencia del martes entrará en vigor el 21 de diciembre a medianoche.

Desde enero y hasta el 22 de septiembre pasado, las autoridades fronterizas de Estados Unidos han interceptado a 2,3 millones de migrantes.

Solo en octubre hubo 185.527 personas interceptadas a lo largo de la frontera con México, un aumento de 1,5% en un mes, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). La gran mayoría fueron rechazados en virtud del Título 42.

El número de venezolanos, cubanos o nicaragüenses que intentan cruzar la frontera terrestre ha aumentado un 149% con respecto a octubre de 2021, mientras que el de los procedentes de México y el norte de Centroamérica ha bajado 12% desde esa fecha, según datos oficiales.

El pasado 12 de octubre, los gobiernos de Washington y México anunciaron un acuerdo que autoriza a 24.000 venezolanos a ingresar a Estados Unidos mediante una petición formal y por vía aérea, mientras aquellos que crucen la frontera ilegalmente serán devueltos a territorio mexicano.