China anunció el miércoles un relajamiento general de las reglas sanitarias anticovid, abandonando la restrictiva estrategia contra el coronavirus que generó una histórica ola de protestas en todo el país.

Este cambio de dirección supone desmantelar principios básicos de la política de «covid cero» en vigor desde hace casi tres años que permitió contener el virus al principio de la pandemia pero está causando importantes perturbaciones en la economía.



Esta estrategia implica la imposición de repentinos y repetidos confinamientos, test PCR a gran escala para la población y largas cuarentenas para los viajeros internacionales, con la consiguiente disrupción en el día a día de la población.

El alivio de estas medidas llega diez días después de una ola de manifestaciones de una magnitud no vista desde movimiento prodemocracia de 1989.



En una decena de ciudades del país, los manifestantes, principalmente jóvenes, mostraron su hartazgo ante esta estricta política sanitaria y algunos incluso pidieron la dimisión del presidente Xi Jinping.

Este último, que hizo del «covid cero» una de sus políticas banderas, ha modificado el discurso y ha reconocido que la variante ómicron, menos letal, «abre el camino a una mayor flexibilidad en las restricciones».

– Nuevas reglas –

Las nuevas guías presentadas el miércoles por la Comisión Nacional de la Salud (CNS) indican que, de forma generalizada, «las personas infectadas asintomáticas y los casos leves» de covid podrán aislarse en casa.

Esto supone un giro radical a la norma vigente que exigía que cualquier caso positivo fuera trasladado a una instalación gubernamental para una cuarentena.

Tampoco será necesario mostrar un código verde sanitario en el teléfono para acceder a la mayoría de edificios y espacios públicos, a excepción de «geriátricos, instituciones médicas, guarderías y centros educativos».

Y además, el país «reducirá todavía más el alcance y la frencuencia de los test PCR» entre la población que, hasta ahora, tenía que someterse varias veces a estas pruebas para poder acceder a espacios públicos.

«Los test PCR masivos solo se llevarán a cabo en escuelas, hospitales, geriátricos y unidades de trabajo de alto riesgo», indican las nuevas reglas.

También se minimizará el uso de los confinamientos, aplicados en distritos y a veces en ciudades enteras, y no se exigirá la presentación de un test PCR de menos de 48 horas para realizar viajes entre provincias.

Por último, China acelerará la vacunación de la población anciana, uno de los principales obstáculos para relajar la política covid cero.

– «Es tiempo de abrir» –

Inmediatamente después del anuncio de las nuevas medidas, la búsqueda de viajes en la aplicación Ctrip para el periodo del Nuevo Año chino se multiplicaron, alcanzando un récord en tres años, indicó el medio estatal The Paper.

«Es tiempo de abrir, ya hace tres años», dijo a la AFP un residente en Pekín. «La gente necesita trabajar y comer, no se puede decir simplemente que se quede en casa», afirmó.

Según las nuevas guías, «las escuelas sin brotes deben continuar las clases normalmente», a diferencia de lo que ocurría hasta ahora con numerosos centros educativos de Pekín cerrados simplemente por precaución.

Después de las protestas de noviembre, numerosas ciudades ya habían echado atrás algunas restricciones y los medios estatales empezaron a minimizar los riesgos del covid después de años de sombrías noticias sobre el impacto de la pandemia en otros países.

El cambio de dirección coincide también con la publicación este miércoles de inquietantes cifras del comercio exterior de China, que cayó a niveles no vistos desde el primer semestre de 2020.

Con la segunda economía mundial encaminada este año a uno de los peores crecimientos de las últimas cuatro décadas, la operación de reapertura es delicada.

«Espero que estas medidas se apliquen realmente a nivel local», dijo una pekinesa de unos 40 años. «El problema es que la aplicación no es coherente y en función del distrito y el lugar, la política es diferente», añadió.

«Pensamos que numerosas restricciones seguirán vigentes», advirtieron el miércoles los analistas de Fitch en un informe.

Además, estiman que «la ralentización del crecimiento mundial» y las oscuras perspectivas del sector inmobiliario «limitarán la trayectoria de la recuperación económica en China».