Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4: 24

Cuando nuestro corazón se arrepiente y nos convertimos a Cristo, empieza un proceso muy marcado en nuestras vidas, muchas veces doloroso y casi imposible de sobrellevar, pero es necesario para poder perfeccionar la obra en nosotros.



El nuevo hombre tiene que dejar todas sus vestiduras antiguas, lo cual representa su pasado, y despojarse de ellas para vestirse de justicia y santidad. No podemos seguir a Cristo si aún mantenemos vivo el pasado, ya que éste representa todo lo carnal, del alma y emocional que interrumpe el proceso de transformación que Él quiere hacer en nosotros.

La decisión implica valentía, porque todo lo que nos gusta, que a Él no le agrada, nos será quitado. Lo que nos gusta complace a nuestra carne, la cual compite con nuestra vida espiritual. Pero cuando Dios escoge, no juega; actúa inmediatamente empezando a trabajar con nosotros.



¿Dolerá? Sí, pero Su perfecto amor nos dará la fortaleza para vencer nuestras debilidades, hasta que podamos ver lo que éramos antes y lo que somos ahora. Esto nos levantará para seguir en las manos del Alfarero que necesita terminar la vasija que somos.

Devocional Monte de Dios, 22 de mayo 2023 Por la Pastora Montserrat Bogaert