Los ministros de Relaciones Exteriores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaron este jueves una reunión en Noruega en busca de un terreno común en la delicada adhesión de Ucrania, antes de la cumbre de la alianza prevista para julio en Vilna, Lituania.

A apenas un mes de esa cumbre, los consensos aún parecen lejanos y ningún punto parece resuelto, en un cuadro que genera temores de un fracaso, especialmente entre los líderes lituanos, anfitriones de la reunión.



En Oslo, la discusiones se centran en las garantías de seguridad que la OTAN puede ofrecer a Ucrania para el plazo hasta que la adhesión al bloque transatlántico se pueda hacer realidad.

En la apertura de la reunión, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacó que es necerio «estar atentos para que la historia no se repita (…). Por eso, debemos actuar para ofrecer a Ucrania garantías de seguridad para después de la guerra» contra Rusia.



El principal actor de la OTAN, Estados Unidos, se opone por el momento a que la alianza brinde esas garantías a Ucrania, dijo a AFP un ministro que solicitó el anonimato.

La OTAN ofreció esas garantías recientemente a Suecia, un país que formalmente demandó la adhesión pero que enfrenta el veto de otro actor central de la alianza, Turquía.

– Expectativas de Ucrania –

Así, el principal elemento de las divisiones en el interior de la OTAN en el empeño de una ampliación más vasta hacia el Este, incluyendo a Ucrania.

En tanto, Ucrania no se preocupa en esconder su enorme expectativa. El propio presidente Volodimir Zelenski dijo esperar «un mensaje muy claro» de que Ucrania será parte de la OTAN al fin de la actual guerra con Rusia.

Una fuente diplomática francesa, en tanto, señaló que «hay líneas divergentes entre ciertos aliados».

«Ucrania quiere una hoja de ruta clara, la confirmación de una trayectoria. La perspectiva de adhesión no se cuestiona. Pero hoy no es realista, porque Ucrania podría activar el artículo 5 el día de su entrada», apuntó la fuente.

Esta cláusula de defensa colectiva obliga a todos los aliados a participar en caso de ataque contra uno de ellos. Esto representaría que la OTAN podrá implicarse en una guerra abierta con Rusia.

El jefe de la diplomacia de Luxemburgo, Jean Asselborn, dijo este jueves que «la OTAN tendrá 75 años y jamás un país en medio de un conflicto armado ha adherido, porque ello podría acarrear convocar el artículo V del tratado».

Caso eso ocurra, añadió estaríamos frene a una «guerra entre la OTAN y Rusia».

 

– Renovación y nivel de gastos –

Pero la reunión en Oslo, Noruega, tiene por delante otros temas de extrema sensibilidad, como el veto turco a la adhesión sueca, la eventual renovación del mandato de Stoltenberg o el nivel de los gastos militares.

Designado secretario general de la OTAN en 2014, el noruego de 64 años ya tuvo su mandato renovado tres veces. Su sucesor debería ser un europeo, y varios países de la UE verían con agrado el nombramiento de una mujer de sus filas.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien tendrá la última palabra, recibirá el 5 de junio a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, una potencial candidata.

En tanto, Stoltenberg adelantó que visitará Turquía «en un futuro próximo» para tratar con el presidente Recep Tayyip Erdogan el veto turco a la adhesión de Suecia a la OTAN.

«Tengo confianza en que Suecia será un integrante (de la OTAN) y estamos trabajando para que eso ocurra lo antes posible», aseguró este jueves.

La difícil cuestión de los gastos militares es otro tema a ser discutido en Oslo. En 2024 los aliados se comprometieron a destinar a la defensa el 2% de cada PIB nacional, pero en Vilna la idea es hacer que ese 2% no sea un máximo sino un piso mínimo.

Apenas siete países han alcanzado ese objetivo, y Dinamarca se encuentra muy lejos de hacer cumplido con su parte del esfuerzo colectivo.