El jefe de la milicia Wagner, clave en la ofensiva militar rusa en Ucrania, prometió el sábado «llegar hasta el final» en su cometido de deponer al mando militar ruso, al que acusó de bombardear sus bases.

Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, juró «llegar hasta el final» en su campaña contra el mando militar ruso y que sus fuerzas traspasaron la frontera rusa por la región sureña de Rostov.



Prigozhin aseguró que sus fuerzas van a «destruir todo lo que se ponga» en su camino, y que derribaron un helicóptero ruso que los atacó.



Ante ello, el gobernador de Rostov, Vasili Golubev, llamó a la población a guardar la calma y «no salir de casa salvo por necesidad».

En tanto, la agencia noticiosa estatal rusa TASS informó de que las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en «instalaciones críticas del gobierno e infraestructura de transporte» en Moscú tras el llamado del jefe de Wagner.

Igualmente, la región sureña de Lipetsk, 420 km al sur de Moscú, anunció medidas de seguridad reforzadas por la cercanía de combatientes de Wagner.

El ejército ruso negó haber atacado al grupo Wagner y calificó las acusaciones de «provocación», mientras que los servicios rusos abrieron una investigación contra Prigozhin, por tentativa de amotinamiento.

Prigozhin, considerado durante un tiempo como aliado cercano del presidente ruso, Vladimir Putin, fue ganando influencia política y se lanzó en una confrontación con autoridades políticas y militares que ahora parece haber desbordado el campo de la retórica.

Tras sus críticas, el servicio de seguridad ruso FSB lo acusó de hacer «un llamado a comenzar un conflicto civil armado» y pidió a los combatientes de Wagner «tomar medidas para detenerlo».

– Putin informado –

El fiscal general ruso, Igor Krasnov, informó a Putin de que abrió «una investigación penal» contra Prigozhin por «amotinamiento armado», según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Aseguró que Putin se mantiene «constantemente» informado por los servicios de seguridad.

Prigozhin explicó posteriormente que no pretendía protagonizar un «golpe de Estado», sino organizar una «marcha por la justicia».

Prigozhin declaró en un mensaje de audio que las tropas rusas «han llevado a cabo bombardeos con misiles contra nuestras bases de retaguardia» en el frente ucraniano, y que muchos de sus combatientes murieron.

«El comité de comando del grupo Wagner decidió que hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país», prosiguió el jefe de los mercenarios, de 62 años.

El Ministerio de Defensa ruso dijo en un comunicado que «aprovechando la provocación de Prigozhin para desestabilizar la situación, el régimen de Kiev cerca del frente de Bajmut está concentrando unidades (…) para realizar acciones ofensivas».

«Somos 25.000 y vamos a determinar las causas del caos que reina en el país (…). Nuestras reservas estratégicas son todo el ejército y todo el país», proclamó el ministerio.

A su vez, el ejército ruso desmintió categóricamente las acusaciones de ataques contra Wagner.

«Los mensajes y videos difundidos en las redes sociales por Prigozhin sobre supuestos ‘bombardeos del ministerio ruso de Defensa contra bases de retaguardia del grupo paramilitar Wagner’ no se corresponden con la realidad y son una provocación», indicó Moscú.

– Los militares «se lavan en su sangre» –

Estas tensiones se dan en plena contraofensiva de las tropas ucranianas para reconquistar territorios tomados por Rusia desde el inicio de la intervención militar en febrero de 2022.

Pocas horas antes del estallido de esta crisis, Prigozhin aseguró que el ejército ruso se estaba «retirando» en el este y el sur de Ucrania, contradiciendo las afirmaciones del Kremlin, que considera que la contraofensiva de Kiev está fracasando.

«El ejército (ruso) se retira en las zonas de Zaporiyia y Jersón (sur), las fuerzas armadas ucranianas están haciendo retroceder» a las tropas rusas, declaró en una entrevista publicada en Telegram por su servicio de prensa.

«No hay ningún control, no hay triunfos militares» de Moscú, insistió Prigozhin, agregando que los militares rusos «se lavan con su sangre», aludiendo a grandes pérdidas sufridas por las tropas regulares.

Sin embargo, autoridades en las capital ucraniana Kiev indicaron que se activaron las alertas de defensa antiaérea y se escucharon explosiones en el distrito de Solomianski.

En Járov, segunda ciudad ucraniana, también se escucharon explosiones y otras regiones reportaron lanzamientos de misiles.

Putin y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, aseguran en cambio que el ejército está «repeliendo» todos los ataques ucranianos.