Florida se enfrenta este miércoles a inundaciones tras el paso del huracán Idalia, que azotó la costa noroeste de ese estado estadounidense y amenaza ahora Georgia.



El huracán tocó tierra a las 07H45 horas (11H45 GMT) cerca de Keaton Beach, en Florida, como huracán de categoría 3 en una escala de 5, con vientos de hasta 215 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).

El último boletín del organismo mostró que ha perdido fuerza mientras se desplaza hacia la costa del estado de Georgia, con rachas de 120 km/h. A las 18H00 GMT se ubicaba a unos 20 km de la ciudad de Waycross de ese estado.



En la costa de Florida (sureste), Idalia provocó una rápida subida del nivel del agua en algunas localidades, aunque por el momento no hay víctimas confirmadas, dijo el gobernador Ron DeSantis en rueda de prensa.

– «Casa a salvo» –

 

En Steinhatchee, una pequeña ciudad de unos mil habitantes situada en la costa a 30 km al sur de Keaton Beach, la calle principal, casi desierta, quedó completamente inundada y parecía una prolongación del río cercano.

Patrick Boland se encerró en casa, en lugar de evacuar, para esperar al huracán, y no se arrepiente de su elección.

«Algunos árboles cayeron delante de mi casa, pero por lo demás la casa se salvó. Todo está bien», dijo a la AFP este hombre de 73 años, visiblemente aliviado.

«Nacimos y crecimos en Florida, así que las tormentas no nos asustan», aseguró Bobby Adisano, que pasó la noche en su auto con su mujer y su hijo de un año y medio. «Si alguien necesita ayuda, aquí estamos», agregó.

Otras ciudades vieron subir el nivel del agua a gran velocidad, como Cedar Key, situada en la costa, que registró olas de más de 2 metros, un nivel récord para la zona.

«Está inundado, todo está inundado», dijo a la CNN Shely Boivin, gerente del Beach Front Motel de la localidad. «Acabo de ver mesas de picnic bajando por la calle por la inundación».

En Clearwater y Tampa las calles y puertos también se inundaron, y los residentes tuvieron que desplazarse por el agua con sus pertenencias a cuestas.

– Sin electricidad –

Casi 300.000 hogares se quedaron sin electricidad el miércoles en Florida y cerca de 100.000 en Georgia, según la web especializada Poweroutage.us.

Los meteorólogos estadounidenses advirtieron que el nivel del agua podría subir hasta entre 3 y 5 metros en algunos puntos de Florida.

«1.500 empleados federales han sido desplegados sobre el terreno en las zonas afectadas», declaró Deanne Criswell, responsable de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA).

«Idalia es la tormenta más poderosa que ha tocado tierra en esta parte de Florida en más de 100 años», dijo Criswell.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió de nuevo el miércoles con DeSantis para mostrar su apoyo y coordinar la respuesta federal, señaló la funcionaria.

Tanto Biden como DeSantis se postulan a la presidencia en 2024.

El aeropuerto internacional de Tampa, cerrado a causa de Idalia, tiene previsto reabrir el miércoles por la tarde, mientras que se han suspendido los vuelos en la costa este de Estados Unidos, azotada por otro huracán, Franklin, que entró por el Atlántico.

– Inundaciones en Cuba –

 

Las fuertes lluvias desatadas por Idalia en el oeste de Cuba dejaron inundaciones en varias localidades y a más de 200.000 usuarios sin electricidad, informaron el martes las autoridades locales. No se reportaron pérdidas humanas.

Una de las más afectadas es la zona de producción de tabaco en Pinar del Río. Esta región sigue sin recuperarse del paso del huracán Ian, que en septiembre pasado dejó al menos dos muertos.

Las lluvias, con rachas de viento que sobrepasaron los 110 km/h, dañaron la producción de Vueltabajo, donde se cosecha el mejor tabaco cubano.

Casi 150 personas murieron el año pasado cuando el huracán Ian azotó la costa oeste de Florida, provocando marejadas ciclónicas y fuertes vientos que derribaron puentes, arrasaron edificios y causaron pérdidas por más de 100.000 millones de dólares.

Los científicos advierten que las tormentas se volverán cada vez más potentes a medida que el planeta se calienta debido al cambio climático.