Tras casi nueve años de su muerte, el Ministerio Público de Venezuela determinó que Natalia Améstica, exmánager del rapero Canserbero, asesinó a su representado y a Carlos Molnar tras haberlos drogado.

Inicialmente se determinó que el cantante se había suicidado lanzándose desde el décimo piso de un edificio, posterior a haber matado a Molnar, bajista de la banda de reggae Zion TPL.



Durante todos estos años esa hipótesis fue criticada producto de las extrañas circunstancias en que fueron encontrados los cuerpos y las declaraciones que prestó la mánager, que también era pareja del bajista.

Ahora, la Fiscalía de Venezuela dio a conocer que la tesis de homicidio y suicidio quedó descartada y la mujer emitió una declaración en la que confiesa el delito y entrega detalles del mismo.
El caso, que fue reabierto el pasado 11 de noviembre, aseguró que Canserbero fue “apuñalado antes de caer“, y que “recibió al menos un golpe con un objeto contundente que no se corresponde con el lado en el que su cuerpo cayó“, a las afueras de un edificio de apartamentos cercano a Caracas.



¿Qué dijo?
Améstica relata en su video confesión que, sin saber qué hacer luego de haber drogado y asesinado a los músicos, llamó a su hermano para que la ayudaran.

“Él -su pariente- llegó a las 11 de la noche, acompañado de tres funcionarios del Sebin, los cuales desconozco su nombre. Ellos terminaron de arreglar la escena para que fuera un homicidio o suicidio. Eso quiere decir, a Carlos terminan de darle las puñaladas, mi hermano Guillermo le da cuatro puñaladas, el resto lo hacen los funcionarios del SEBIN”, dijo.
“El cuerpo de Canserbero lo traen para la cocina, se le quita la franela, se le da con un tubo por la cara, Guillermo es el que lo hace, mi hermano, y luego de eso nos explican qué es lo que tenemos que hacer, que es lanzarlo por la ventana para terminar la escena del homicidio-suicidio“, agregó.

“Mi hermano se va del apartamento porque no puede estar en la escena, yo me cambio, hago la escena de que fue en ese momento, pido auxilio a los vecinos, y al tiempo es que llega el CICPC, quienes se cuadran con mi hermano, y mi hermano les ofrece 10 mil dólares a ellos para terminar de arreglar la escena que ya habían dejado listas los funcionarios del SEBIN“, siguió.

“Eso significaba que me ponen a mí a pisar sangre que estaba en el piso y hacer las huellas con dirección a la ventana. Yo después de esto me fui a Chile huyendo, aterrada, pensando que al final se iba a saber la verdad. En marzo, la Defensoría del Pueblo reabre el caso, me llaman, pero yo voy con la confianza de que tanto Fiscalía como CICPC decían que era un homicidio-suicidio. Por eso, regreso a dar las declaraciones pertinentes para la reapertura del caso”, cerró.