Enfrascado en luchas intestinas y guerras partidistas que paralizan el país, el presidente francés, Emmanuel Macron, apostó este martes por el joven y popular Gabriel Attal para dirigir su gobierno, con el mandato expreso de sacar al país de la parálisis y relanzar las reformas que considera necesarias.

Deseoso de dar un nuevo impulso a su mandato, año y medio después de su reelección y tras haber sacado adelante con mucha dificultad reformas impopulares como la de las pensiones o la ley de inmigración, Macron busca un nuevo aliento.



Y lo pone en manos de un joven político de carrera meteórica, que, a sus 34 años, se convierte en el más joven en dirigir el Gobierno, tan solo ocho después de haber comenzado su andadura política.

Sustituye a Élisabeth Borne, tras dimitir ayer, de perfil más técnico, más hosca en la comunicación que el joven Attal, con quien comparte origen socialista y credo liberal.



«Cuento con su energía y su compromiso para llevar a cabo el proyecto de revitalización y regeneración», aseguró hoy Macron, que destacó «la fidelidad», la «capacidad de superación y la audacia» del nuevo primer ministro.

CARRERA METEÓRICA
Attal es un puro fruto del macronismo, que abrazó tras abandonar diez años de militancia socialista en 2016 para convertirse en portavoz de la campaña electoral presidencial del que entonces era un prometedor candidato sin partido, dispuesto a romper la división entre izquierdas y derechas.

De la mano de Macron, accedió a los 28 años al Parlamento, y a los 29 se convirtió en el más joven miembro de un gobierno francés como secretario de Estado de Educación y Juventud.