Entre lágrimas y silencio estaban ayer los familiares de José Manuel Gómez Jiménez, de 38 años, y Javier Hernández Jesús, de 28, quienes murieron el jueves durante un supuesto asalto en el kilómetro 32 de la autopista Duarte, donde desconocidos le dispararon.

Javier Hernández Jesús pasó de entregar su vida a Dios, a través del evangelio, para luego tener una muerte a destiempo. Con estas palabras describió su madre, Feliciana Jesús, cómo fue la vida de su hijo.



De acuerdo con las explicaciones de los parientes de las familias, el lamentable hecho ocurrió pasadas las 8:00 de la noche, momento en el cual ambas víctimas se dirigían a buscar un vehículo para una actividad de la iglesia.

“Mi hijo salió del trabajo tarde y cansado; y me dijo: voy a hacer una diligencia de la iglesia cuando venga yo como mami. Ellos fueron a buscar un vehículo que había dejado en el taller y parece que los persiguieron, los persiguieron…”, lamentó Feliciana.



Familiares mostraron indignación y dolor por las muertes. efe / afp.

Detalla el Listi?n Diario que Fernández residía en la modesta casa de su madre ubicada en la calle Trinitaria, del sector El Brisal, en Pedro Brand, donde siempre se encontraba, luego de culminar sus labores en una fábrica de cerámica.

Con estas palabras describió su madre, Feliciana Jesús, entre lágrimas, cómo fue la vida de su hijo, de tan solo 28 años edad.

El esfuerzo y compromiso de su madre, quien vendió arepas durante muchos años para garantizar el bienestar de su hijo, hoy se ve impedido por esta tragedia.

“Mi hijo, que ya había hecho su bachiller, estaba haciendo cursos técnicos y trabajaba. Iba a la iglesia. Usted cree que eso es posible…”, manifestó Feliciana.

Los sentimientos de impotencia e intenso dolor por la muerte de un ser querido también permeaban el corazón de la familia Gómez Jiménez.

Su pareja, Carolina Cuevas, dijo que los autores de este lamentable hecho solo le robaron el celular.

La madre del fenecido, Germanía Jiménez, estaba devastada por la pérdida de su hijo, situación que permeó su interior de sentimientos de impotencia y dolor.

“Él no tenía enemigos, ¿por qué me lo mataron? ¿Por qué no se llevaron todo y me lo dejaron vivo? Ay, no se llevaron nada…”, vociferaba Jiménez con tristeza.

Gómez Jiménez, quien laboraba en la posición de transportista en una fábrica de cemento, se entregó durante sus últimos cuatro años que estuvo con vida a los caminos del señor, priorizando en su estilo de vida las actividades de su iglesia.

Carolina Cuevas, pareja sentimental desde hace 11 años, calificó al padre de su bebe, que tan solo tiene poco más de dos meses, como un ser humano servicial y amable con todos.

“Él fue un ser humano simpático, amable y servicial”, dijo con una voz débil.

Los cuerpos de las víctimas serán trasladados hacia el sector El Brisal, Pedro Brand, donde residían junto a sus familiares, luego de que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) realice los análisis correspondientes.

“Reducción de la seguridad”

Además de pedir a la Policía Nacional capturar a los culpables, amistades y parientes indignados cuestionaron las cifras mostradas por las autoridades, que constantemente reflejan una reducción en la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes y la cantidad de robos que suceden en el país.

Es por esta razón que María Gisela Sánchez, amiga cercana de la familia de Fernando Jesús desde hace más de 20 años, pidió al primer mandatario acercarse a Dios para gobernar al pueblo dominicano.

“Presidente acérquese a Dios. Por qué razón la delincuencia tiene tantas armas para matar a la gente buena. Los jóvenes buenos que quedan en los barrios se están murieron por qué los delincuentes están acabando con ellos. Por favor, señor presidente”, exclamó Gisela Sánchez con suplicio.