La costumbre de la lectura en el baño, una práctica que ha evolucionado con la modernidad, sigue siendo una parte interesante de la rutina diaria. A lo largo de la historia, esta actividad ha adoptado diversas formas, desde la lectura de periódicos hasta la era digital actual.

Más allá de la función básica del baño, este espacio, tradicionalmente asociado con la privacidad y la reflexión, se ha convertido para los jóvenes en un refugio donde encuentran un respiro de las distracciones y un momento propicio para leer fragmentos de un buen libro.



En medio de las exigencias cotidianas, la oportunidad de leer se valora especialmente entre aquellos que disfrutan de la lectura. ¿Pero qué es lo que exactamente leen los jóvenes cuando se retiran a este espacio íntimo? Una encuesta realizada a un grupo variado de jóvenes, incluyendo bloggers y lectores, reveló que el 64% de ellos lee siempre mientras están en el retrete. Por otro lado, el 17.97% de los participantes admitieron hacerlo ocasionalmente, mientras que otros 17.97% confesaron no incorporar la lectura en esta peculiar situación.

En cuanto a las preferencias de lectura, los géneros son tan diversos como los propios jóvenes. Desde thrillers y novelas hasta noticias y fantasía, los estilos literarios varían según los gustos individuales. Algunos se enfocan en la continuación de lo que están leyendo en ese momento, destacando la preferencia por libros digitales en esta situación única.



De acuerdo a Yanibel Luna, las opiniones recopiladas en relación a la duración de las sesiones en el baño, la mayoría de los participantes opta por un rango de 10 a 15 minutos, aprovechando este tiempo no solo como un momento necesario, sino también como una pausa para disfrutar de la lectura y desconectar brevemente de la rutina diaria. Este hábito, que ha resistido el paso del tiempo, revela la capacidad humana de encontrar placer en la lectura en los lugares más inesperados.

Tranquilidad y concentración

Entre las razones por las cuales leer en el baño se considera un momento sagrado para algunos, se debe a que quienes encuentran en este momento una pausa tranquila en medio de su agitada rutina. Como afirma uno de los participantes en la encuesta: ‘El tiempo en el baño es mi momento más tranquilo y leo. Porque allí estoy más relajada y siento que es el lugar indicado para dar una pequeña lectura, me siento a gusto.’

Otros respondiendo que “Leer en el baño es como un ritual sagrado. El único momento del día en el que pueden dedicarse completamente a la lectura, sin interrupciones ni distracciones.”

“Existe una concentración más eficiente”, “Por la paz y tranquilidad que se siente en ese momento sin ruidos”, “Es un lugar de mucha intimidad”, son algunas de las afirmaciones de los blogger.

Escritores que leía en el baño

Ernest Hemingway, destacado por su estilo literario directo, fue periodista antes de su participación en la Primera Guerra Mundial. Su experiencia como corresponsal en conflictos, como la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, influyó en su escritura, caracterizada por frases cortas y precisas, marcando su huella como uno de los grandes escritores del siglo XX.

Se comenta que este era reconocido por su amor por la lectura en el baño al pasar largos períodos en el retrete con una pila de libros a su lado.

El escritor argentino Martín Kohan, en una entrevista en el sitio de la librería y editorial Eterna Cadencia, señala que, durante períodos de convivencia intensa, simulaba malestares para retirarse al baño y leer. No optaba por un tipo específico de libro, sino que elegía la lectura actual. Para él, el baño resulta propicio para leer debido a su baja interrupción, el aislamiento acústico y la privacidad, lo que le permite disfrutar de cualquier tipo de lectura en ese espacio.

En cambio, Henry Miller, reconocido por su obra literaria provocadora, dedicó un libro a la práctica arraigada de la lectura en el baño, titulado “Leer en el retrete”. Aquí reflexiona sobre este hábito común. Aunque critica la tendencia a leer material inconsistente en el baño y aboga por la plenitud en cada actividad. Asimismo, aconseja a los lectores que despejen sus mentes de distracciones al usar el baño y se enfoquen plenamente en la tarea en cuestión, ya que, según él, la concentración absoluta es clave para cualquier actividad, incluso la evacuación.