El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se negó este martes a descartar una acción militar que le permita tomar el control del Canal de Panamá o de Groenlandia, al día siguiente de que el Congreso estadounidense certificara su victoria presidencial.
Aunque se suponía que la rueda de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, trataría sobre una inversión emiratí de 20.000 millones de dólares para construir nuevos centros de datos en Estados Unidos, el republicano abordó rápidamente este asunto para durante más de una hora tocar un amplio abanico de temas nacionales e internacionales.
Y, como de costumbre, resultó difícil distinguir los anuncios reales de las opiniones exageradas entre sus declaraciones sensacionalistas.
Ante la pregunta sobre si podía garantizar que no utilizaría las fuerzas armadas para anexionarse el Canal de Panamá, arteria vital de la navegación mundial, y Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, Trump dijo: «No puedo asegurarlo, para ninguno de los dos».
«Puedo decir lo siguiente: los necesitamos por razones de seguridad económica. No me voy a comprometer a eso (a descartar una acción militar). Podría ocurrir que tengamos que hacer algo», declaró a la prensa.
– «Estúpidos» –
«Desde que ganamos las elecciones, la percepción de todo el mundo es diferente. Me han llamado personas de otros países. Me han dicho: ‘Gracias, gracias'», dijo Trump mientras exponía su programa para los próximos cuatro años.
Trump ya ha declarado en varias ocasiones que le gustaría recuperar el Canal de Panamá, construido por Estados Unidos e inaugurado en 1914, si no se reducía el precio de los peajes para los barcos estadounidenses.
El martes, volvió a criticar el acuerdo firmado en 1977 por el entonces presidente Jimmy Carter -recientemente fallecido-, el cual transifirió el control del canal a Panamá en 1999.
«Se burlan de nosotros porque creen que somos estúpidos. Pero ahora no somos estúpidos», dijo Donald Trump.
Justo antes de la pasada Navidad, Trump también dijo que «por el bien de la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América cree que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta».
El hijo del presidente electo, Donald Trump Jr, también llegó a Groenlandia el martes para una visita privada en calidad de «turista», declarando que no tenía prevista ninguna reunión oficial.
Asimismo, añadió que eliminar la frontera «artificialmente trazada» entre Estados Unidos y Canadá sería una gran ayuda para la seguridad nacional.
Tras el anuncio de la dimisión el lunes del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Trump estimó que Canadá debería fusionarse con Estados Unidos, comentario que enfureció a su vecino del norte.
– «Situación difícil» –
El presidente electo también relanzó sus acusaciones contra la OTAN al presionar a sus miembros para que aumenten su gasto de defensa al 5% del PIB, reiterando sus afirmaciones de que esos países pagan poco por la protección estadounidense.
«Todos pueden permitírselo, pero deberían hacerlo al 5%, no al 2%», dijo Trump a los periodistas.
El magnate republicano no oculta el poco respeto que tiene por la Alianza Atlántica OTAN, pilar de la seguridad en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, al insistir en que sus miembros no aportan lo suficiente por el respaldo militar de Estados Unidos a su defensa.
En particular, sembró el pánico durante la campaña electoral al amenazar con el cese de las garantías de protección a los países de la OTAN frente a Rusia, que lanzó una invasión a Ucrania en febrero de 2022, si no incrementan su gasto de defensa.
«Si pagan sus cuentas, y creo que nos tratan justamente, la respuesta absolutamente es que permanecería en la OTAN», señaló en una entrevista reciente.
Los países de la OTAN se comprometieron hace diez años, tras la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia, a dedicar al menos el 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto militar. Del total de 32 miembros, 23 de ellos han mantenido este compromiso.
El propio jefe de la OTAN, Mark Rutte, advirtió el mes pasado que Europa tendría que gastar «mucho más» para asegurar su defensa.
En otro anuncio impactante, pero con consecuencias seguramente más insignificantes, Trump anunció que a su regreso a la Casa Blanca, el 20 de enero, Estados Unidos cambiaría el nombre del Golfo de México por el de «Golfo de América».
«El Golfo de América, qué nombre tan bonito», exclamó, antes de arremeter contra México, que «debe dejar de permitir que millones de personas se cuelen en nuestro país», en referencia al cruce de la frontera sur por miles de migrantes.