En su ya clásica forma de ver la vida con picardía y matemática criolla, Tres Patines se lanzó con un “análisis profundo” sobre el verdadero tiempo que los humanos trabajan en un año… y, como siempre, terminó en una lógica tan disparatada como graciosa.
“Desde que se inventó el año” —dice el personaje— “tenemos 365 días, ¿verdad? Pero hay que dormir, ¡y eso nos quita 8 horas diarias! Al restarle eso, ya solo nos quedan 121 días útiles.
¿Pero qué hace con esos días? Ahí empieza la «tragedia»:
- 52 domingos fuera, porque nadie trabaja domingos, ¡por favor!
- Otros 52 medios sábados también se van, porque medio día de trabajo no cuenta como un día completo.
- Fiestas patrias, días de luto, Semana Santa, etc.: restamos 28 días más.
- Y por supuesto, las vacaciones legales: ¡14 días fuera!
Al final, según sus cálculos, solo queda un único día en el año.
¿Y cuál es ese día? El 1ro de mayo.
Pero aquí viene el giro maestro de Tres Patines:
“¡Ese único día que queda es el Día del Trabajo! ¿Y cómo se va a trabajar ese día? ¡Es feriado!”
Conclusión: “¡A este pobre hombre no le queda ni un solo día pa’ trabajar!”
Y claro, como siempre, la señora lo enfrenta y le exige que busque un empleo. A lo que él, con su estilo inconfundible, responde que desde ese momento se va a buscar “trabajo, labor… ¡o lo que sea!” mientras se retira elegantemente diciendo:
“Caballero, de que los hay, los hay… ¡la cuestión es dar con ellos!”
Comentario final:
Más allá del disparate matemático, Tres Patines nos recuerda con humor que, aunque el trabajo es parte fundamental de la vida, siempre habrá quien intente esquivarlo… con una lógica tan creativa como absurda. ¡Feliz Día del Trabajo, aunque no se trabaje!