Cuando sales de tu casa a trabajar o cuando terminas tu trabajo para ir a casa, la mayoría de personas enfrentamos  en algún momento de nuestras vidas el fastidio de saber que vamos a pasar un buen rato (a veces una  hora o más) metidos en un bus. Y si no tienes un  smartphone con acceso a internet, la cosa puede volverse aburridísima, sobre todo si no puedes tampoco leer. A veces la cosa se pone peor: estás en un asiento doble y a tu lado se sienta un sudoroso (y oloroso) trabajador con sobrepeso. ¿Suena feo, eh?



Es por cosas como ésta que la gran mayoría de la gente hace lo posible para evitar que alguien se siente a su lado o interactuar con otros pasajeros, de acuerdo a un estudio publicado en Symbolic Interaction. Esther Kim, autora del estudio, tomó buses periódicamente durante tres años para realizarlo y afirma que el mensaje no verbal “no quiero hablar con nadie” tiene señas claras:  bloquear el asiento contiguo para que no sea tomado, colocar cosas en él y no tener ningún  tipo de contacto visual con nadie. La gente hace esto de forma que se prepara para situaciones molestas como esperar largos períodos de tiempo, tráfico o malas experiencias con otra gente del bus.

Un estudio del British Medical Journal, sin embargo, descubrió que el hacer contacto con extraños podría levantarte el ánimo. Diane Gottsman, experta en etiqueta y propietaria de The Protocol School  en Texas (EE. UU.), dice que sí hay diferencia entre alguien que sólo quiere conversar para pasar el tiempo y alguien que quiere tu número. Pero ¿y si lo que quieres SÍ es su número? he aquí en webdelhombre.com cómo conversar con esa linda extraña sentada a tu lado sin parecer un psicópata.



Presta atención a su lenguaje corporal

¿Cómo saber si ella quiere conversar? observa cómo está sentada. Si sus rodillas y dedos de los pies apuntan a ti tienes luz verde, dice Gottsman. Pero si ella no cambia la posición de sus hombros para darte la cara cuando le digas “¡hola!” con una sonrisa, las perspectivas no son muy buenas.

Haz buen contacto visual

Mírala a los ojos (¡A LOS OJOS, NO MÁS ABAJO!). Una rápida mirada directa a los ojos y una sonrisa franca pueden hacerla sentir un poco más cómoda, dice Gottsman. Simplemente recuerda no mirar detrás de ella (lo cual muestra que no estás interesado en conversar, incluso si sí quieres), hacia abajo (te hace parecer nervioso) o mirarla fijamente cuando pienses que no está mirando (probablemente sí tenga modo de saber lo que estás haciendo, hasta por un reflejo en la luna).

Rompe el hielo

Si todo se presta para iniciar una conversación, mantén las preguntas relevantes. Te puede servir algo como “¿hace cuánto tomas esta ruta? yo la estoy tomando recién y no sé cuánto me va a tomar llegar al centro”, dice Gottman. Luego mantente haciendo preguntas abiertas como “no conozco mucho por  aquí. ¿Hay algún buen bar que me  recomiendes?”.

Si para el momento en que llegues a tu destino piensas que has logrado establecer alguna conexión, sugiérele tomarse un café juntos o incluso a cenar si la situación se presta para ello. Pero no le pidas su número: dale tu tarjeta de presentación. Eso no sólo la libera de cualquiera presión, sino que además muestra que eres serio, no sólo un tipo raro más en el bus.