La presidente de Brasil afirmó que está “radicalmente a favor de combatir” esas prácticas “no solo por una cuestión ética sino por un criterio político”.



“Mi estancia en la cárcel me ayudó a entender que el régimen militar no sobreviviría, porque no podía detener, torturar y matar a toda la juventud”, aseguró Dilma Rousseff al diario español El País en una entrevista.

“Entre 1970 y 1974 transcurrió la etapa más negra de la dictadura. Luego resultó evidente que no había solución a los problemas económicos y sociales sin democracia. Tal vez lo que diferencia a Brasil de otros de América Latina es que nosotros tuvimos una fe sin restricciones en el valor de la democracia. Eso hizo que el proceso resultara menos duro”, agregó.



La mandataria, que en un extenso diálogo habló desde la crisis económica en Europa hasta de la condena al ex jefe de Gabinete de Lula da Silva, José Dirceu, defendió los valores sobre los que se cimenta la democracia brasileña: “Estamos acostumbrados a discutir en torno a una mesa. A Bill Clinton eso le llamó la atención. La democracia brasileña está acostumbrada a dialogar”.

Señaló que si bien “en algunos países puede causar extrañeza o pavor que la presidente de la República converse con las centrales sindicales”, para los políticos brasileños “es de lo más normal”.

Rousseff, que desde que llegó a la Presidencia encaró un riguroso proceso de lucha anticorrupción, defendió el proceso judicial conocido como “el juicio del siglo” aunque los principales condenados forman parte de su partido, el PT.

“Estoy radicalmente a favor de combatir la corrupción, no solo por una cuestión ética, sino por un criterio político (…) Un Gobierno es 10.000 veces más eficiente cuanto más controla, más fiscaliza y más impide. No hay términos medios en este aspecto”, afirmó.

Fuente america.infobae.com