CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco pidió a los ginecólogos católicos difundir la «cultura de la vida» en los hospitales, en su condena más firme hasta la fecha contra el aborto.

Jorge Bergoglio recibió en el Vaticano a un centenar de ginecólogos católicos.



«Cada niño que no ha nacido, pero que ha sido injustamente condenado al aborto, tiene el rostro del Señor que, incluso antes de nacer y luego apenas nacido, experimentó el rechazo del mundo», dijo el papa.

A esta condena del aborto, el papa asoció también su rechazo total a la eutanasia.



«¡No podemos eliminarlos!», declaró, retomando el tema de la «cultura del rechazo» o del «desecho».

Esta cultura, dijo, «tiene un costo muy elevado, llama a la eliminación de los seres humanos, sobre todo cuando son físicamente o socialmente más débiles».

«Nuestra respuesta a esa mentalidad es un ‘sí’ a la vida» ya que «no existe vida humana más sagrada que otra», sostuvo el papa.

«Ser médicos católicos les otorga una responsabilidad mayor (…) las áreas de ginecología de los hospitales son lugares privilegiados de testimonio y de evangelización. Queridos amigos doctores que están a cargo de la vida humana en su fase inicial, recuerden, tanto en hechos como en palabra, que ésta es en todos las fases, a cualquier edad, sagrada y de calidad», declaró el sumo pontífice.

El derecho al aborto está garantizado por la ley en varios países.