La inteligencia es una cualidad muy apreciada en los diferentes rubros laborales. Sin embargo, no es lo único que se necesita para triunfar.

Así lo cree un grupo de expertos que entregó su opinión en el portal Quora, y señaló cómo algunas personas con excelente capacidad intelectual, sabotea su éxito al tomar malas decisiones.



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1. Al pasar demasiado tiempo pensando y poco haciendo



El empresario de Silicon Valley, Chris Yeh, dice que pensar es fácil para las personas inteligentes, pero concretar sus ideas a veces les resulta más difícil.

Yeh afirma que aunque la investigación y la planificación son importantes, cuando no se moderan pueden ofrecer una falsa ilusión de progreso. Muchas personas inteligentes que son perfeccionistas, pueden quedarse atrapadas en el proceso de pensar y planificar, y al entramparse con los detalles nunca concretan sus proyectos.

2. Al seguir a la masa

Andrew Yang, fundador y presidente de Venture for America (programa de becas que pone a los mejores graduados de universidades en empresas recién creadas durante 2 años para generar crecimiento y de paso capacitar a la próxima generación de empresarios), señala que gran parte de los mejores alumnos de universidades se van a las mismas empresas y rubros que sus pares, en lugar de seguir sus pasiones.

El empresario neoyorquino Lee Semel concuerda con esto e indica que muchas personas inteligentes se concentran tanto en sus logros académicos, que nunca averiguan lo que realmente les gusta, en que empresa quieren trabajar, ni se atreven a lanzarse a un proyecto nuevo.

3. Al dejar de intentarlo

Las personas cuya inteligencia les ha ayudado a lograr cierto nivel de éxito, pueden “dormirse en los laureles” y “dejarse estar”.

Semel señala que algunas personas inteligentes no se esmeran por desarrollar aún más sus talentos naturales y, finalmente, caen detrás de otros que inicialmente tenían menos talento, pero que pasaron más tiempo practicando y esforzándose.

4. Al subestimar las habilidades sociales.

Algunas personas inteligentes no se dan cuenta que el intelecto es sólo un elemento para alcanzar el éxito y que las conexiones personales son muy importantes en el mundo profesional. Semel asegura que muchos nunca se preocupan de mejorar sus habilidades sociales e incluso denigran quienes se destacan en este ámbito.

Con esto coincide la terapeuta y “life coach”, Susie Moore, quien cree que el carácter y la actitud influyen en el éxito que una persona pueda alcanzar. De hecho, ella afirma que la gente agradable es la que suele tener más logros en la vida.

“Es más divertido trabajar con la gente simpática porque inspira lealtad entre sus pares y son más fáciles de sobrellevar” dentro de cualquier equipo u organización”, expresa. “He visto a muchos talentosos ciudadanos corporativos convertidos en víctimas del pesimismo, sucumbir a los chismes de la oficina y quejarse todo el tiempo. Estas personas, casi siempre con absoluta cero intención, se vuelven irritantes para los demás y lo peor de todo, perjudiciales para ellos mismos y su propia progresión profesional. Lo triste es que su falta de conciencia de sí mismos los paraliza”, asegura la especialista.

5. Al sentirse por encima de todos

Muchas personas inteligentes poseen una combinación peligrosa de ego y lógica, y se comportan como si siempre tuvieran la razón, dice Semel. Para él, las cosas van mal cuando sostienes un argumento, pese a estar mal informado, y van peor aún cuando insistes en algo contra alguien, basándote en viejas creencias.

6. Al igualar la educación con la inteligencia.

El sociólogo Liz Pullen dice que algunas personas piensan que un título universitario de una prestigiosa universidad refleja lo inteligentes que son. Aunque graduarte de un establecimiento de élite representa un gran logro, hay innumerables casos de personas no graduadas que están más calificadas para un trabajo, debido a su experiencia en el mundo real.

7. Al ser demasiado independientes.

Desarrollar sistemas de apoyo saludable es positivo para conseguir el éxito. Sin una red de colaboradores, puedes derrumbarte cuando aparecen los problemas o debes abordar un asunto del cual no tienes mayor conocimiento. Es bueno rodearse de personas positivas, competentes y maduras, tanto en el ámbito personal como profesional.